QUESTO SPAZIO E' CURATO DA:
AMEDITHE CLICKS HERE:The Blessed Month Of AbibThe First DayThe Martyrdom of Saint Febronia the Ascetic.The Departure of Saints Bioukha and Tayaban (Banayen) the priests.
1. On this day, St. Febronia, the ascetic virgin, was martyred. This saint was the niece of the superior of a convent that had fifty virgins, in a place called "Ouryana" in Mesopotamia. Her aunt brought her up in the fear of God and taught her the reading of the Holy Books. St. Febronia vowed herself to the Lord Christ, and she fought the good fight by asceticism, fasting for two days at a time, and unceasing in her prayers.When Emperor Diocletian issued his edict to worship idols, many Christians were martyred by his hands. When the virgins heard that, they were afraid and left the convent and went into hiding. None was left in the convent except St. Febronia, another sister and the abbess. On the following day, the envoys of the Emperor came, seized the abbess, and humiliated her. St. Febronia said to them, "Take me and set free this old woman." But they took her as well, bound in ropes, and brought them to the Governor. At that time she was twenty years old, and was attractive. The Governor asked her to worship the idols and promised her many things but she refused. He ordered that she be beaten with rods, and her dress to be torn off. The abbess cried out to him saying, "May God rip you up, O wild beast, for you want to put to shame this young orphan girl." The Governor was wrathful, and ordered St. Febronia to be squeezed by the wheel, and to comb her body with an iron comb until her flesh was completely torn. During all that, she prayed to the Lord asking for help. He then cut out her tongue and smashed her teeth so that she could not pray. But the Lord strengthened her and comforted her. Finally, the Governor ordered her head cut off, and she received the crown of martyrdom. A righteous man took her body and shrouded it with costly shrouds, and placed it in a golden box.May her prayers be with us. Amen.2. On this day also, the fighters Sts. Bioukha and Banayen, departed. They were priests in thechurch of "Tunah" of the diocese of "Tanda". Their father was the steward of this church. Ithappened when the priest Banayen was celebrating the Divine Liturgy, someone came calling himto see his father who was dying in that instant. He answered him saying, "I cannot take off mypriestly vestment before the end of the service. If God is willing, I shall see him before he dies, otherwise it will be the will of God."His father asked for him three times, and he responded with the same answer. When he finishedthe mass, he found his father had departed. The church vessels were stored in a place known onlyby his father. Banayen the priest went to St. Daniel, the priest of the wilderness of Shiheet, who guided him by Divine inspiration, to the place where the vessels were stored. These two saints lived a virtuous life until they departed in peace.May their prayers be with us, and Glory be to God forever. Amen.
I'd like to meet:
Imperando el crudelÃssimo Diocleciano, embió por presidente de Mesopotamia a LisÃmaco, hombre moço en la edad, bien intencionado y avisado, y para que le aconsejasse y rigiesse en negocios arduos y dificultosos, diole a Seleno, tÃo suyo, hombre de edad, cruel y malicioso. Llevava assà mismo LisÃmaco un cómite, pariente suyo, llamado Primo, a quien dio cargo de la gente de guerra. Todos tres eran patricios romanos y muy favorecidos del emperador. A los cuales, lo que más encargó fue que persiguiessen a los cristianos, no perdonando la vida a alguno, sino procurando que todos fuessen muertos con crudelÃssimos tormentos si no sacrificassen a los Ãdolos. Llegó LisÃmaco con su gente a una región de Mesopotamia dicha Palmira, donde començó la persecución contra el nombre de Cristo, matando a unos a hierro y a otros, a fuego. Andava de ciudad en ciudad, y fue a una llamada Sibápolis, en lo postrero de Assiria, donde estava un monasterio de cincuenta monjas, de las cuales era abadessa Briena, muger de gran doctrina y exemplo, y entre las demás monjas avÃa una llamada Febronia, que a la sazón era de veinte años. Entró de dos, y en los diez y ocho, hombre alguno ni muger seglar le vido el rostro. Era hermosÃssima y de lindo y agraciado cuerpo. Las demás monjas comÃan una vez al dÃa; Febronia comÃa al segundo dÃa, y no otra cosa sino pan y agua, y desto no se hartava. DormÃa en un escaño de madera. Era muy estudiosa en la Sagrada Escritura y hazÃa pláticas maravillosas a las otras monjas. Luego que se publicó la venida en aquella ciudad de LisÃmaco y Seleno con designo de a- tormentar | a los cristianos, huyeron con sus haziendas por diversas partes muchos dellos. Lo mismo hizieron las monjas, que sólo quedó en el convento Febronia, con la abadessa Briena y otra anciana, llamada Tomaide. Febronia estava enferma y echada en su escaño, y todas tres se animavan a padecer martirio por Jesucristo. Luego que LisÃmaco entró en la ciudad de Sibápolis, prendió algunos cristianos, y teniendo noticia del monasterio, embió Seleno algunos de sus soldados a él, los cuales quebraron las puertas y entraron dentro. Llegó luego Primo tras ellos para estorvarles que no hiziessen daño, y preguntó a Briena dónde estavan sus monjas. Ella respondió:
-Todas con temor han huido.
Dixo él:
-También vosotras pudiérades aver hecho lo mismo, y aora tenéis lugar. Aconséjoos que lo hagáis.
Con esto se fue y llevó consigo los soldados. Habló en secreto con LisÃmaco, y dÃxole:
-Sabe que las monjas huyeron. Solamente an quedado dos viejas y una moça, de la cual te afirmo que es tan grande su hermosura, que en mi vida vi muger que la igualasse. Ella estava echada en un escaño pobre, y con vestido y adereço pobre. Si esto no obstara, mi palabra te doy que merecÃa ser tu muger.
Oyó estas palabras un soldado. Fue luego a Seleno, y dÃxole:
-Sabe, señor, que en el monasterio donde oy nos embiaste está una monja moça de incomparable hermosura, con la cual trata Primo, el cómite, de casar a LisÃmaco, tu sobrino.
Enojóse desto Seleno, embió gente que guardasse el monasterio, y otro dÃa mandó que se la truxessen con una cadena de hierro a su cuello, no bien sana de su enfermedad. Temiéronse las dos ancianas si avÃan de ser llevadas ellas a juizio, y sabido de los soldados que por so- la Febronia venÃan, ellas la esforçaron, aunque tenÃa poca necessidad de su esfuerço, según se mostrava alegre y contenta por ir a padecer por su esposo Cristo. Llevaron los soldados a la santa monja Febronia al tribunal de Seleno. Briena quedó en el monasterio llorando, derribada en tierra, pidiendo a Dios favor para Febronia. Tomaide se vistió de hombre y fue a ver lo que passava. Con Seleno estava LisÃmaco cuando llegó Febronia con su cadena al cuello y las manos atadas. Seleno mandó sosegar la gente, aviéndose juntado la que en la ciudad quedava, y dixo a LisÃmaco que hiziesse algunas preguntas. HÃxolo él por evitar que no le calumniasse con el emperador, muy contra su voluntad, que no quisiera hazer mal a Febronia ni a otro cristiano, siendo de su condición piadoso. DÃxole:
-Dime, donzella, ¿eres libre o sierva?
-Sierva soy -respondió la santa.
-¿Y de quién eres sierva? -preguntó él.
-Sierva soy de Cristo -añadió Febronia.
-¿Cómo te llamas? -preguntó LisÃmaco.
-Cristiana -respondió ella -, humilde y despreciada.
-Tu nombre -replicó él- desseo saber.
-Ya te he dicho -dixo ella- que soy cristiana, aunque mi madre me llamó Febronia.
Seleno tomó la mano y dixo:
-Los Dioses saben, prudentÃssima donzella, que no quisiera pleito contigo, porque tu modestia y hermosura han trocado el enojo y furor que tenÃa contra ti, de modo que no como a culpada, sino como a hija te hablaré. Ya vees a LisÃmaco, que está presente, que es moço y de lindo parecer, semejante a ti. Toma, hija, mi consejo, y podráste llamar dichosa, sin que la pobreza más te aflija, porque como yo no tenga muger ni hijos, | quiero darte toda mi hazienda, añadiéndola por dote a la que LisÃmaco tiene, y desposaos los dos, y todas las mugeres te llamarán dichosa viéndote en tanta honra. Y no será sólo esto, porque nuestro emperador tiene dada palabra a LisÃmaco de le hazer presidente, que en Roma es oficio muy honroso.
Respondió Febronia:
-Yo tengo, o juez, tálamo hecho no por manos de hombres en el Cielo, y gozo ya de unas bodas que no pueden ser deshechas, y por dote se me ha prometido el Celestial Reino, y pues tengo Esposo Inmortal, no consentiré juntarme con hombre mortal, y assà ni oÃr quiero lo que me prometes. Por tanto, o juez, no trabajes en vano, que ni con tus lisonjas me ablandarás, ni con tus amenazas me espantarás.
Como esto oyó Seleno, grandemente indignado mandó a los soldados desnudar a Febronia el hábito de monja que traÃa y cubrir su cuerpo con un pedaço de sayal despedaçado, y con esta afrenta, que no era pequeña por estar mucha gente delante, quiso començar a atormentarla. Y teniéndola con semejante traje, dÃxole:
-¿Qué es esto, Febronia? ¿Consideras de dónde a dónde te ha traÃdo tu devaneo y locura?
-Oyeme, juez -replicó la santa donzella-: aunque de todo punto desnudes mi cuerpo, yo en nada estimo semejante afrenta, porque un mismo Criador dio ser a la muger y al hombre, y assà sufro sin pena verme desnuda, y con grande contento sufriré ser degollada o quemada. Y óxala meresca yo padecer algo por Quien tanto padeció por mÃ.
Seleno dixo:
-Muger desvergonçada, bien sé que no tienes por afrenta el estar desnuda, sino que te glorÃas dello porque todos vean tu cuerpo hermoso.
Respondió Febronia:
-Mi Cristo sabe que hasta oy no miré a hombre al rostro, ni alguno vido el mÃo. Mira si por estar en tribunal para ser juzgada avÃa de querer parecer deshonesta. Dime, juez ignorante y sin consideración, ¿no sabes que todos los que se hallan en los Juegos OlÃmpicos se desnudan para venir a las manos con sus contrarios, y assà esperan alcançar victoria? Pues esperando yo venir a las manos con espadas y fuegos, conveniente es que me halle desnuda para salir victoriosa. Este mi cuerpo es bien que esté desnudo, recibiendo heridas hasta que vença a tu padre Satanás.
Dixo Seleno:
-Pues esta muger se muestra osada contra los tormentos de fuego, démosselos. Por tanto, ea soldados, estiradla de pies y manos, y poned debaxo vivo fuego, y junto con esto, cuatro de vosotros hieran sus espaldas con açotes hasta que sea despedaçada.
HÃzose lo que mandó el juez, y los açotes eran de suerte que corrÃa sangre de su cuerpo en grande abundancia. Cebavan el fuego con óleo, y levantavan la llama dando en las heridas y passando por ellas hasta las entrañas. Y como durasse esto mucho tiempo, la gente que estava a la mira, con grandes clamores, intercedÃan al juez por la santa, diziendo:
-Perdona, benigno, juez; perdona a esta donzella y de poca edad.
El cruel Seleno, enojado más de oÃr esto, mandava aumentar el tormento, hasta que vido pedaços de sus carnes que caÃan en tierra, y ella quedó desmayada, por lo cual dexó de atormentarla y hizo que la apartassen del fuego. Habló Seleno a la santa donzella, y dÃxole:
-¿Qué tal te ha parecido, Febronia, la entrada de la lucha?
-De la entrada -respondió ella- abrás entendido que soy | invencible y que tengo en muy poco tus tormentos.
Oyendo esto Seleno, mandóla colgar de un madero y con peines de hierro desgarrar sus costados, y en las heridas poner hachas encendidas, lo cual se executó con tanto rigor, que no sólo corrÃa la sangre en tierra, sino pedaços de sus carnes.
La santa monja levantó los ojos al Cielo, y dixo:
-Favoréceme, Señor Dios mÃo, y no me desampares en esta hora.
Con esto calló, aunque el fuego la abrasava las entrañas, por donde algunos de los que estavan presentes, no pudiendo sufrir verlo, se fueron de allÃ. Otros rogaron al juez que cessasse el fuego, y él concedió en ello. Y como hiziesse algunas preguntas a la santa, y ella no le respondiesse porque no podÃa, mandóla baxar del madero y atar a un palo, y haziendo venir allà un cruel verdugo, y dÃxole:
-Porque esta muger malvada no quiere responderme, córtale la lengua y échala en el fuego.
Febronia sacó la lengua y hazÃa señas al verdugo que se la cortasse. Y como él quisiesse hazerlo, cargó el pueblo al juez, rogándole por los Dioses que no permitiesse tal. Quiso cumplir con ellos en esto, y con su furor, en mandar que le sacassen los dientes. Y sacándoselos el verdugo uno a uno, los echava en tierra, y fueron contados diez y siete. CorrÃale tanta sangre de su boca que se regava la tierra. El inicuo y perverso juez mandó que no le sacassen más y que le restañassen la sangre. Bolvió a razones con ella, y dÃxole:
-A lo menos, Febronia, da alguna muestra de que confiesses nuestros Dioses, que con esto nos contentaremos.
Ella, con la boz quebrantada, y pronunciando no bien las palabras, dixo:
-Viejo malvado, tú piensas estorvarme el camino para que no vea a mi Esposo. Apresúrate cuanto más pudieres a librarme del lodo deste miserable cuerpo, porque mi amado Cristo me espera.
Seleno dixo:
-Yo desharé con hierro y fuego tu cuerpo, porque te veo que con la loçanÃa de tus floridos años eres atrevida, aunque no será tan presto como desseas, porque esta tu arrogancia, mayores y más graves males te traerá.
Febronia no pudo más responder, faltándole el aliento por los grandes tormentos que avÃa padecido, de lo cual el juez más se enojó, y assà mandó al verdugo que le cortasse ambos pechos. Llegó a hazerlo, y la gente dava bozes al juez que no lo mandasse. Y como insistiesse en esto, él, más indignado, reprehendió al verdugo porque tardava en obecerle. Tomó el verdugo una navaja y cortóle el pecho diestro. La santa levantó los ojos al Cielo y dio una grande boz, diziendo:
-Dios mÃo, mira la fuerça que se me haze, recibe ya mi alma en tus manos.
Cortóle luego el otro pecho siniestro y dio con ellos en tierra. Mandó el perverso juez ponerle fuego en las heridas, y la llama penetró hasta las entrañas, lo cual visto de los presentes, Ãvanse muchos blasfemando de Diocleciano y de sus Dioses. Mandó Seleno desatar del palo a Febronia, y desatada, dio consigo en tierra, desfallecida de sus fuerças. Habló Primo, el cómite, a LisÃmaco, y dÃxole:
-¿De qué sirve atormentar a esta tierna donzella tan cruelmente?
LisÃmaco respondió:
-Servirá para provecho de muchos, y a mà no me será dañoso. Bien pudiera yo librarla, mas paréceme que es mejor dexarla acabar gloriosamente su pelea para que los que la vieren, o supieren lo mucho que padeció, se esfuerçen a padecer algo por Cristo. |
No se cansó el maldito Seleno de atormentar a la santa donzella, antes, viendo que bolvÃan personas principales por ella, más indignado le mandó cortar las dos manos y el pie derecho. El verdugo cortó las manos, y queriendo cortar el pie, diole con el cuchillo un golpe, teniéndole sobre un cepo, y no se le pudo cortar. Dio luego otro con más fuerça y tampoco le cortó. La gente que allà avÃa quedado començó de compassión a dar nuevas bozes, mas el verdugo dio tercero golpe, con que le acabó de cortar. Quedó la santa donzella tremiéndole el cuerpo, y aunque parecÃa que se le acabava la vida, desseava que le cortassen el otro pie, y ella misma, sin que le fuesse pedido, le puso sobre el cepo y rogó que se le cortassen. Viendo esto el juez, dixo:
-¿No veis la pertinacia desta muger?
Y encendido en furor, dixo:
-Pues córtensele también.
Y aviéndosele cortado, dixo LisÃmaco a Seleno:
-¿Qué falta ya por hazer con esta donzella? Vámonos, que es hora de comer.
Seleno respondió:
-Por los Dioses, que no la tengo de dexar viva, sino que he de estar aquà hasta que sea muerta.
Y passado algún tiempo, preguntó a los soldados:
-¿Vive todavÃa essa malvada muger?
-Aún la alma tiene en el cuerpo -dixeron ellos.
-Pues córtenle la cabeça.
Uno de los soldados la assió de los cabellos, y como si fuera una mansa oveja se la cortó. Los juezes se fueron a comer. LisÃmaco iva llorando, aviendo dexado mandado a los soldados que guardassen el cuerpo y reliquias de la santa. No quiso comer cosa ninguna, sino encerróse en un aposento, y llorava la muerte de Febronia. Viéndole tan triste Seleno, su tÃo, tampoco quiso comer, antes se començó a passear dentro de su casa lleno de melancolÃa, y levantando la cabeça al Cielo, quedó mudo. Dava bramidos como un toro, y tomando corrida, dio con su cabeça en un poste de piedra, y quedó hecho pedaços y él muerto. Levantaron los criados gran ruido. Salió LisÃmaco a ver qué era y cierto del caso, estuvo un poco pensativo. Luego dixo en boz alta:
-Grande es el Dios de los cristianos. Vengado ha la sangre de su santa sierva Febronia.
Llamó luego al cómite, su pariente, y dÃxole:
-Por el Dios de los cristianos te pido que hagas lo que te diré. Ve a donde está el cuerpo de Febronia y recógele todo, sin que falte alguna de sus partes, no mano ni diente, y la tierra donde cayó su sangre también la recogerás, y llévalo todo al monasterio donde residÃa. Y junto con esto, manda publicar con pregones que mi tÃo es muerto, que estén sin recelo los cristianos, y los que quisieren celebrar la muerte de Febronia, que sin pena pueden hazerlo.
Cumplió en todo Primo, lo que le fue mandado, y él mismo, en su clámide y ropa militar recogió la cabeça, con las manos y pies, y todos los demás miembros que fueron apartados del cuerpo, el cual llevavan los soldados, y con todo ello se fue al monasterio, siendo necessario ir al- gunos | con las espadas desnudas apartando la gente, que todos quisieran llegar a venerar el cuerpo de la santa, y si les fuera permitido llevar dél alguna reliquia. Fue puesto en lugar eminente por orden de un obispo, honrándole y venerándole como de mártir. LisÃmaco y Primo, el cómite, se baptizaron y entraron en el monasterio de Marcelo Archimandrita, donde acabaron santamente sus vidas. Labróse un templo con tÃtulo de Santa Febronia Mártir, por orden del obispo de la misma ciudad de Sibápolis, y duró la fábrica seis años. Quiso trasladar a él su santo cuerpo, y abriendo una arca donde estava, salió dél un grande resplandor, y si tocavan a él para sacarle, las manos quedavan como muertas. Mas por oración del perlado y abadessa, con las monjas que bolvieron luego a su monasterio como cessó la persecución, se dio lugar a que fuesse llevada una mano de la santa y un diente, que puesto en un vaso de oro por el obispo, trasladó aquellas reliquias al nuevo templo. Hizo Dios por la santa muchos milagros. Su vida escrivió Tomaide, monja de su monasterio, que se halló a todo presente, de quien dize Simeón Metafraste que la coligió. Y refiérela Surio, tomo tercero.Fin del Discurso del Martirio. |
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Music:
da “Feste Patronali in Sicilia†di Giuseppe Pitrè
La notizia accolta dal popolo e la contesa con i militellesi:Secondo un’antica tradizione, i militellesi, venuti a sapere tali fatti vennero a Palagonia per reclamare la reliquia, al che i palagonesi, non accettando di buon grado tale richiesta, proposero una soluzione: si ponesse la reliquia su di un carro trainato da quattro buoi e la dove si sarebbe diretto il carro sarebbe rimasta la reliquia. Furbescamente, i palagonesi misero allora da parte loro due giovenche mentre i militellesi, credendosi altrettanto furbi, dovendo le bestie affrontare la salita per prendere la direzione di Militello, misero due grossi tori. Ma ovviamente, le giovenche, poste davanti, preferirono prendere la discesa che conduceva verso Palagonia, ed i tori finirono col seguirle. Fu così che l’ambita reliquia venne aggiudicata dai palagonesi. Ciò diede luogo ad una secolare contesa tra le due vicine città , come viene riportata ancora molti secoli dopo tali avvenimenti, da vari autori.
da “Feste Patronali in Sicilia†di Giuseppe Pitrè
Riguardo all'arrivo della reliquia di santa Febronia a Palagonia:
(trascrizione di un’antica leggenda orale).Febronia, vergine, santa, martire in Persia.
Dopo la demolizione di S. Paolo a Piazza Colonna, avvenuta per la costruzione di Palazzo Chigi, le reliquie di S. Febronia furono traslate in Ss. Biagio e Carlo ai Catinari. Il cranio è visibile attraverso la fenestella confessionis dell’altare maggiore insieme a reliquie di altri martiri. Nel giorno della sua festa veniva particolarmente onorata. Una chiesa di Trani vanta il possesso del suo corpo.
M.R.: 25 giugno - A Sibapoli, nella Mesopotamia, santa Febronia, Vergine e Martire, la quale, nella persecuzione di Diocleziano, sotto il Giudice Sileno, per conservare la fede e la pudicizia, prima battuta con verghe e tormentata nell’eculeo, quindi lacerata con pettini e bruciata col fuoco, dopo esserle stati cavati i denti e tagliate le mammelle e i piedi, condannata a morte, adorna di tanti gioielli di tormenti se ne andò allo Sposo.Dal culto della Febronia di Sibapoli Nisibis, secondo il parere di autorevoli agiografi contemporanei (R. Gregoire, P. Chiesa), è derivato quello di Santa Febronia-Trofimena, venerata come Patrona e Concittadina a Patti (ME), e come Patrona a Minori (SA), ove se ne vanta pure il possesso del corpo, custodito in cattedrale.
Movies:
THE CULT IN PALAGONIA (CT)Palagonia is a city of nearly 18,000 inhabitants at 200 m a.s.l. especially renowned for its citrus-groves...
THE CITY
The Eremo di Santa Febronia, a cave-basilica going back to the 6th-7th century AD, is a major attraction for tourists. Dedicated to the city’s patron saint, it contains beautiful frescoes dedicated to the Christ Pantocrator, the Martyrdom of Santa Febronia, the Original Sin and a 1300’s Christ between the Virgin Mary and an Angel.
Erei mountains – Eremo di Santa Febronia. Follow the SS 5385 from Palagonia towards Catania; take the right fork signposted for Contrada Croce; 4.5km further on, as the road curves to the right, look out for a track on the left barricaded by a metal barrier. The hermitage is a 15min walk up the track. This evocative place is named after Santa Febronia, known locally as “a Santuzzaâ€, her relics brought here each year in a great procession from neighboring Palagonia. The small retreat, carved out of the rock, is of Byzantine origin. Inside, the apse contains a fine, albeit damaged, fresco of Christ flanked by the Virgin and an angel.
HISTORY
Palagonia – 15km North-East, it is believed to have been an important political and religious town at the time of the Sikels. According to local legend, it was from the bubbling sulphurous waters of the Laghetto di Naftia that their gods, the Palici, were born and it is to them that they dedicated the temple, built on the edge of the lake. The small lake is barely visible today, since masked by its natural gas that is industrially exploited.
The area saw the Norman rise. The Count Roger ceded the land and the entire area to the Bishop of Syracuse. Since 1407, it belonged to Giacomo Gravina; his family ruling it throughout the centuries.
Television:
5 Luglio: Solennità di "Santa Febronia" v. m., Patrona di Patti
(Solemnity of Saint Febronia, Patron-Saint of Patti)
Le campane suonano a festa sin dal primo mattino, in giro per le strade si nota una particolare aria di gioiosa animazione mista alla curiosità presente negli sguardi dei turisti mentre le ultime bancarelle si apprestano ad adornare con i loro suoni ed i loro odori una città che già da un mese vive immersa nell'atmosfera di questo giorno così speciale: è la festa del Patrono, la festa di Santa Febronia... In quest'ultimo giorno di grandi manifestazioni, durate quasi un mese, la cittadinanza attende le prime luci del tramonto per dare inizio ai festeggiamenti; nella Cattedrale, infatti, ha luogo la solenne messa pontificale vespertina presieduta dal Vescovo della Diocesi e con la partecipazione delle più alte autorità cittadine oltre che dei fedeli giunti in preghiera verso la loro secolare protettrice... Al termine della messa l'attenzione si sposta nella piazza antistante la cattedrale, dove si attende che i "portatori" issino sulle due vare il simulacro della Santa e le di lei reliquie (giunte a Patti il 5 luglio dell'anno 1661) per poi trasportarle entrambe fuori della Cattedrale salutate dal "grido" festoso della torre campanaria; colmata l'attesa, l'urlo "Evviva Santa Febronia" accompagna la vara sulle spalle dei portatori: ha inizio la solenne processione che si snoderà lungo le vie principali del centro cittadino... Il percorso è colorato a giorno da festosi impianti di illuminazione mentre nei balconi e sui davanzali delle case dominano le candele accese ed il rosso sfarzoso delle "bandiere di Santa Febronia"; qui il lungo corteo sfila in preghiera e devozione avvolto dal suono della banda cittadina e dalle centinaia di persone sistematesi lungo le vie e le piazze che saranno raggiunte e nelle quali si sosterà per un breve attimo di preghiera; raggiunta la piazza Marconi, centro cittadino, la processione (cui partecipano anche le autorità cittadine e le varie Confraternite quali quella di "Sant'Antonio abate" di Patti e quella di "San Teodoro martire" di Sorrentini) fa lentamente ritorno in Cattedrale; giunti davanti al portale settecentesco della basilica, il già citato grido "Evviva Santa Febronia" accompagna nuovamente la Santa nella sua originale dimora dove il vescovo e l'arciprete volgono il loro saluto alla cittadinanza in ringraziamento alla loro partecipazione. Pochi minuti più tardi se ci si affaccia sulla balconata di fronte al portale normanno della basilica, si può assistere ad uno spettacolare quanto suggestivo "show" di fuochi d'artificio a conclusione delle numerose manifestazioni dedicate alla nostra Santa Patrona: un altro anno ancora e i suoi devoti fedeli la riabbracceranno di nuovo...
Books:
The Cult of St. Febronia:
From Nisibis to Rome
Jeanne-Nicole Saint-Laurent
According to her sixth-century Vita, Febronia of Nisibis was a beautiful nun martyred during the Diocletianic persecution. I have examined the Greek, Syriac, and Latin versions of her life and traced the diffusion of Febronia's cult in Syria, Constantinople, Southern Italy and Sicily,1 and I have gathered medieval and modern artistic depictions of her. No such synthetic study on Febronia has been done before.
In Tell Tuneir, Syria, the archeologist M. Fuller has found the remains of a Syrian monastery. They discovered a tooth-shaped reliquary that may have contained Febronia's tooth.
P. Chiesa has produced a new edition of the Latin and Greek versions of Febronia's life.2
Chiesa has untangled the complexity of the translations of Febronia's Passio. Febronia's name reappears as Phebronia, Pambroniya, Sephronia, Sophronia, and Trofimena. In The Book of the Saints of the Ethiopian Church, she is remembered on the first day of Hamle (July 5- Aug 3), as Cephronia.3
Although the Synaxarium of Constantinople claims that Febronia's relics reached the city by 363, there seems to be no evidence of her cult in Constantinople before the seventh century. At that time she appears as an assistant to St. Artemios in the Miracles of St. Artemios, which describe a chapel erected to Febronia in the church of St. John Prodomos. 4 Emperor Heraclius (610-641) may have had a daughter by his second wife, Martina, named Febronia. Heraclius' campaigns in Mesopotamia could perhaps have brought him into contact with the legend of a local martyr, Febronia, and through him, therefore, her story could have been "Byzantinized." Attestations of other "Febronias" in the Greek-speaking world include the mother of the eighth-century iconodule confessor St. Anthousa of Mantineon and a girl featured in the 8-9th c. hagiography of Sts. David, Symeon and George of Lesbos. 5 The Russian Church venerates a Princess Febronia of Murom, the Wonderworker, whose relics were transferred to St. Sofia in Kiev in 1228. She is featured in a mosaic cycle of this church.
Febronia's Latin life dates to the ninth century, not long after a series of Syrian popes came to Italy in the eighth century. A cult around Febronia springs up in Patti/Messina. The community of Palagonia in Sicily continues to celebrate her feast-day, parading with a relic of her arm.
My next task is to posit how this material fits together. A photocopy from Venice of the unedited Laudatio on St. Febronia by the fourteenth century Patriarch Philokteos Kokkinos has been sent to me. 6 This will provide further evidence of later reception of her cult. The results of this study will be published as an article.
1. For an English translation of Febronia's Vita, see S. A. Harvey and S. Brock, Holy Women of the Syrian Orient (Berkeley: University of California Press, 1998), 150-176.
2. P. Chiesa, Le Versioni Latine della Passio Sanctae Febroniae: Storia, Metodo, Modelli di Due Traduzioni Agiografiche Altomedievali (Spoleto: Centro Italiano de Studi Sull'alto Medioevo, 1990).
3. Budge, E. A. W, The Book of the Saints of the Ethiopian Church: A translation of the Ethiopic Synaxarium, Vol. IV (Cambridge University Press, 1928), p. 1049.
4. See D. Knipp, "The Chapel of Physicians at Santa Maria Antigua," in DOP 56 (Washington: Dumbarton Oaks Research Library and Collection, 2002), 6; C. Mango, "On the History of the Templon and the Martyrion of St. Artemios of Constantinople," Zograf 10 (1979): 41-42, plan fig. 1; V. S. Crisafulli and J.W. Nesbitt, The Miracles of St. Artemios (Leiden, 1997), 13-14, 140-44 (miracle 24), 198-99 (miracle 38), 222-25 (miracle 45).
5. I am grateful to Alice-Mary Talbot for both of these references. Translations of these texts can be found in A-M. Talbot (ed) Byzantine Defenders of Images: Eight Saints' Lives in English Translation (Dumbarton Oaks Research Library and Collection, 1998). See A-M. Talbot (trans.) "Life of St. Anthousa of Mantineon," p. 16 and D. Abrahamse and D. Domingo-Forasté )trans.) "Life of Sts. David, Symeon, and George of Lesbos," pp. 193-197.
6. I thank Alice-Mary Talbot for this reference, as well.
7. I thank Donald McColl for this reference.
Heroes:
Festival of Februalia, honoring the old Roman goddess
Februa, mother of Mars...
later merged with Juno to become Juno Februa, that is, "Juno in fever", patroness of the passion of love. This festival thus embodies the transition from the latent vitality of late winter to the sexual awakening of spring, symbolized in many cultures by weather rituals -- such as Groundhog Day -- in which sun or rain, light or shadow, indicate whether winter will continue to rule, or yield soon to spring.February is named after the Roman goddess Februa, mother of Mars. Also known as Juno Februa and St. Febronia, she was the goddess of the passion or fever (febris) of love. (Pennick, 37) While her festivals were orgiastic rites of fertility, February was also a time for purification. This was as true in the Celtic world as it was in ancient Rome. We see remnants of the purification festivals in Candlemas, and the fertility and love rites in Valentine's Day. February was also a very important month agriculturally to country folk; thus the Imbolc lambing festivals and the weather divinations of Groundhog Day.
14 Febbraio, San Valentino - Antica Festa di Santa Febronia.
Nell’antica Roma, i primi giorni di febbraio erano sacri alla dea Februa o a Giunone Februata. “Februare†in latino significa purificare, quindi febbraio è il mese delle purificazioni (anche la febbre è un modo di purificarsi usato dal nostro corpo!).
Processioni in onore di Februa percorrevano la città con fiaccole accese, simbolo di luce e allo stesso tempo, di purificazione. Tale ricorrenza coincideva con il Festival delle Lupercalia, in onore di Luperca, dea del grano - ovvero la leggendaria lupa di Romolo e Remo. Dal giorno in cui Antonio propose l'incoronazione di Cesare, le Lupercalia si celebravano il 14 e 15 febbraio fino al 486, quando il futuro Papa Gelasio, le convertì nell'attuale festa di San Valentino - Vescovo di Terni, realmente esistito, ma sul quale è stato costruito ad arte quel personaggio di pura fantasia romantica che l'ha fatto assurgere a Patrono degli innamorati. Secondo alcuni storici, Febronia, e quindi la relativa festa, deriverebbe proprio dall'antico culto della Dea Februa, ribattezzata nell'era cristiana come Santa Febronia e traslocata in giugno. Ancora oggi molti calendari riportano la festa di Santa Febronia il 14 febbraio.