Jose Zúñiga

ACERCA DE JOSE ZÚÑIGACorría el año 1955, o sea, tenía yo más o menos cinco añitos, cuando me puse por primera vez ante un micrófono. Fue en Radio Juventud de Torrelavega, de la Cadena Azul (entonces todo era azul), acompañado de mi hermanita (el del bigote es el locutor). No voy a ocultarlo: canté “La Perrita Pequinesa” y el gran éxito de Antonio Molina “Cocinero Cocinero”. Antonio Molina era el crack de la época y se machacaba haciendo giras por pueblos y aldeas con el Circo Atlas. Mis propias canciones empecé a componerlas a los doce años, pronto me lancé a escribir poesía. Tuve un conjunto (en aquel tiempo no había grupos, ni de cantantes ni de na), “Los Escorpiones”, que triunfaba en Kermeses de monjitas y casinos de señoritas bien. Y luego, ay, me metí en líos y me di a la canción de autor. No me duelen prendas en afirmar que tenía éxito. El circuito de aquella época era limitado, pero daba para recorrer colegios mayores, campus, ateneos, locales sindicales y círculos de recreo por toda España. Compartía escenario con gente que empezaba a despuntar, como Mocedades (entonces “Voces y guitarras”), Elisa Serna, Hilario Camacho, Las Madres del Cordero, Natxo de Felipe (luego fundó Oskorri), o con ídolos de la movida sesentera, como Paco Ibáñez, Mercedes Sosa, Quico Pí de la Serra... Aquel mundillo me gustaba cada día más. Y tuve miedo, vértigo. No seguí. A finales de los setenta cogí mi viejo magnetofón de bobina, una joya con dos pistas, y me puse a grabar (¡¡para la posteridad!!) un montón de las canciones que me habían hecho tan feliz. Son grabaciones malas, qué iba a hacer yo, caseras, casi inaudibles, pero ahí están como testimonio sonoro de lo que pudo ser y no fue.Si hubiera nacido más tarde, o tal vez simplemente si hubiera sido más valiente, otro gallo cantaría. Vamos, que estaría cantando, seguro, en cualquier bareto. Así que animo a cuantos tienen en este espacio su particular emisora, cosmopolita y no pueblerina, multicolor y no azul, a no tirar la toalla. Nunca. Se hacen, se cuentan y se cantan canciones para vivir, no para subsistir. Por eso me he decidido a poner aquí mis grabaciones cutres. Sed indulgentes con esta veleidad, pido la paz y la palabra, como siempre lo hice. Además, no paré de repente. Cuando dejé mis canciones me pasé al bolero, al corrido y las rancheras, que tampoco está mal. Eso sí, me busqué un nombre artístico propio al caso, y así nació a la farándula Jorge del Primor, que formando pareja con la eximia artista María Pasión (algún día os hablaré de ella), no paró de hacer bolos y bolos hasta que un buen día colgué los guantes para siempre: fue en un memorable recital que tuvo lugar en el ya desaparecido Salón Chamartín. Era el año del señor de 1993, y tampoco guardo de aquello más que grabaciones cutre-artesanales (una grabación en TVE se perdió en el maremagnum de archivos del Ente). Ahora ya sólo escribo y dirijo una pequeña editorial de poesía, artesanal como todo lo mío, que fundé con el nombre de... Ediciones del Primor, cómo no . Pero eso es otra historia y llega hasta hoy. (Si alguien quiere acercarse a la editorial, esta es su dirección: http://www.borkierra.com/ediciones_del_primor.htm)
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