Si quieres comer, cocina.
Los miembros estaban relajadamente distanciados con la misma calma que precede un huracán que sale de una siesta memorable.
Mezcla de personalidades y gustos musicales que se parecen demasiado, propician que encajando en una imposible-maravillosa relación de animales herbÃvoros y carnÃvoros continúan luchando segundo a segundo por solucionar problemas personales a través de sonidos aglomerados.
Debido a la convivencia nos damos cuenta que tenemos mejor relación que muchas esculturas romanas de la ciudad y firmamos un tratado donde definimos nuestro grado de vÃnculos sonoros.
El pacto tarda dos horas y media, y pese a ser acordado con amplia mayoria todavÃa no ha sido firmado.
El camino continua amartilleando nuestros cerebros y nos imposibilita a la relajación más allá de las horas de sueño para buscar algun tipo de resolución sencilla o complicada a las propuestas iniciales de los miembros.
Hay uno que manda demasiado.
He aquà un punto de partida de nuestras sorpresas habituales dónde el cambio y la resurrección tienen cabida en cerebros que usualmente son utilizados de papelera. Incluso por nosotros mismos.
3 de Junio del 2003.
Sin pausa, Cocina.