Blog de Juan Carreón
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BIOGRAFÃA
Cantautor mexicano de largo recorrido, Juan Carreón se presenta con un nuevo disco: No vinimos de Shoppingâ€. Exhuberancia y finura de poeta mestizo.Queretano de nacimiento, un cantautor que se fue a perseguir sus sueños a España. Un artista de la talla de JoaquÃn Sabina o Serrat, pero inexplorado por el vulgo, un cantautor pura sangre, hijo pródigo que alguna ves fue definido por el refinado pintor Pedro Brull “un guerrillero sub-urbano sólo armado con tnta y papel: a veces, su obra destila erotismo de buena ley… Juan Carreón ya está en el aire y es seguro que llegará muy lejos.†Con un libro de poemas publicado tÃtulado “Del Ronco Pecho†y otro por publicarse.
Yo no soy Jacinto Kraquen, pero a mi también me pidió Juan que escribiera unas lÃneas que ilustrasen su nueva y flamante pagina Web en la que sale con cara de no haber roto un plato en su vida. Para que luego digan que una imagen vale más que mil palabras..., eso serÃa antes de que se pudiera retocar hasta el alma con fotoshop. Al final, Jacinto se me adelantó..., él siempre está más cerca de Juan que nadie; pero en todo caso aquà os dejo lo que yo escribÃ, por si a alguien le interesara tener más datos sobre este neandertal leÃdo... (Hay gente para todo).
Hablar de J.Carreón es complicado, porque él no es uno, sino varios, y un dato esclarecedor sobre su persona es el hecho de que siendo celoso hasta la saciedad, siente celos hasta del que no es cuando esta siendo otro, y te pregunta “¿tú a quien quieres más a Juan o a Carreón?†Y si dices, “a Juan†y en ese momento es Carreón, le dan celos y se enoja contigo. Al final, los que conocemos más o menos bien a aquellos que es, acabamos queriéndolos a todos casi por igual, aunque podamos tener ciertas preferencias según la ocasión. Y hay que reconocerle que aún siendo tantos, todos los que es, son interesantes, aunque no todos los que fue vayan ya con él...
Podemos tratar de ilustrar al ávido lector con datos sueltos de sus múltiples alter egos, para que éste vaya dibujando un primer boceto del gran personaje que nos ocupa. Y es que Juan Carreón es efectivamente un personaje, mucho más literario él que aquellos acerca de los que canta o escribe. Es una librerÃa andante, y no por lo que ha leÃdo y retenido, que es mucho, sino por lo que ha vivido. Y es que su vida es como un buen prólogo, como una gran novela, como un interesante libro de cuentos, como una saga de aventuras, capas y espadas del estilo de los Pardaillan y como un poemario de poeta triste.
Se corrobora todo esto cuando nada más conocerle nos vienen a la cabeza las tÃpicas enrevesadas descripciones de protagonistas que encontramos al comienzo de las historias: "TenÃa manos grandes y complexión fuerte, a pesar de la inesperada delgadez de sus piernas. Su rostro era de mentón cuadrado, y en el brillaban, uno un poco más que otro, unos ojos amarillo intenso como de perro callejero..."
Y este personaje que nos recuerda a un anacrónico y noble Quijote cuyo principal problema es que ve los molinos dentro de su alma, va por los capÃtulos de su vida arrasando con todo elegantemente, como un elefante en una cacharrerÃa...
Activo desde muy pequeño, aprendió a temprana edad a valerse por sà mismo, aunque siempre prefirió el oficio de pirata al de banquero. Fue periodista, conductor de grúas, montó armarios, colocó vidrios, tuvo bares que se bebieron sus carnales y sus socios, trabajó de diseñador gráfico, de modelo, de actor, de poeta y esporádicamente de encantador de serpientes y hasta de asaltador de caminos. Después, según él por accidente del destino, un dÃa cantó y gustó y desde entonces sigue cantando y sigue gustando, por las calles, plazas, locales y ferias de todos los lugares a los que le llevan sus inquietas alas.
Juan Carreón es un genio que plagia epitafios, bebe tequila y miente con medias verdades. Rompe corazones con soltura y aunque trae el suyo con arañazos y más hoyos que un colador, es la única cobra a la que no se comen las mangostas. Misógino confeso después de los 30, es sólo un feminista confundido.
De su pasado confuso guarda cicatrices horadadas con orgullo y con nostalgia y aún hoy sus repentinas reacciones viscerales, le pintan los ojos de morado y hacen que deje como recuerdo trozos de dientes propios y ajenos en muchos de los bares y cantinas por los que pasa. Hombre contradictorio, puede también inspirar la más apacible calma, y hacer que mientras medita en su jardÃn se le posen en la cabeza los colibrÃs cansados.
Porque un tiempo aprendió de las mañas de un tal Sabina, canta con voz linda en la ducha, dejando la aguardentosa y cascada para el respetable público.
Adora a su madre, a su hermano y a sus sobrinos. Ama a lisa.
Quiere a sus amigos, a su compadre y a ratos también a la banda de “las rubéolasâ€, porque no se volvieron malas, nacieron asÃ.
Le desespera esperar, no confÃa en quienes no se emborrachan. Odia a la gente civilizada casi tanto como a los que sorben la sopa y odia a los novios de sus amigas aunque no sean civilizados ni tomen sopa. Capaz de pasar dÃas e incluso semanas encerrado solo en su casa devorando libros con voracidad y disciplina, también sobrevive triunfalmente a dos años de ininterrumpida parranda.
Le gustan el tradicional reposado servido por don amado en la barra de "la vida es asÃ", la barbacoa en la cruda dominical, los tacos de sesos, lengua y ojos, las guacamayas de León-Guanajuato, el marisco gallego, la fabada contundente, el buen queso, el vino fuerte y la carne más bien cruda, pero doradita por fuera.
No hay persona humana que conozca más canciones en castellano que él y encontramos en su música influencias de muchos de los géneros que ha ido escuchando a lo largo de su eterna gira por el mundo, como el huapango, la copla, el vallenato, el jazz, los corridos y rancheras, los boleros, el tango y hasta del rock&roll. Hay además en su obra guiños frecuentes a poetas y escritores de diversa Ãndole y de épocas dispares.
Aunque ha tocado casi siempre sólo, acompañando su voz con su guitarra o con la armónica, también se emociona tocando e improvisando con otros músicos como Arturo, gato arrabalero y gran acordeonista o con el Arqui, aunque lleve tiempo sin practicar. Y aunque hoy reniegue, también disfrutó con los manushes cuando se juntaron por primera vez en Pátzcuaro. Para reponer fuerzas y recapitular, nuestro personaje se retira en una playa olvidada donde una cocinera le manda rico pescadito recién sacado del mar con un cesto que él lanza previamente con dinero por la ventana de su cuarto; y si el tiempo no acompaña, se va al ParicutÃn a cabalgar y a no pensar sobre los lomos de la que un dÃa será su yegua.
Como sabe que la mitad del mundo se hundirá pronto, planea desde hace tiempo retirarse en lo más alto de Michoacán y vivir ese futuro acuático en un rancho rodeado de montañas. Esperamos sus fervientes seguidores que en el retiro siga componiendo para poder asà disfrutar aún por mucho tiempo esas letras y esas músicas suyas que nos hacen pasar tan buenos y tan malos momentos.
-Carmen Bedoya Ruby (Trabajadora Social a Cargo de Carreón)