QUALUDE

“El orden de las cosas” no es una escucha fácil, más bien se trata de uno de esos discos que va creciendo poco a poco, que necesita su tiempo. Igual que macerar una buena macedonia. Desarrollos densos y clasutrofóbicos como el que abre el disco, “Volver A Empezar” -en los que la voz no entra hasta el tercer minuto-, que necesitan varias escuchas para que te sientas cómodo visitando todos sus recovecos.En la página de Bcore se cita a Shipping News y June of 44, pero yo creo que una de las vías que nos puede ayudar a acercarnos a los alicantinos Qualude es el math-rock de algunas bandas de Washington DC como Hoover o Crownhate Ruin, que en su momento marcaron a otras bandas clásicos del sello, como No More Lies, por ejemplo. Los dos primeros temas van por ahí, y piensas en Shellac y en los añorados Faraquet, pero después te encuentras con una canción como “Caminico”, que te hace pensar en unos Crazy Horse liderados por Steve Albini, o como la instrumental “Sambita”, un tema que me ha hecho pensar en los antiguos Qualude. “Entonces” es una preciosa canción de corte más clásico, en la que la voz cobra más protagonismo que en el resto de temas escuchados hasta el momento. Quizá sea esta una de las canciones que mejor funcionan desde el primer momento y que más se aparte del tono general del disco, no sé si precisamente por eso -un rayo de luz en medio de la fría noche- es una de mis favoritas.“El Orden de las Cosas” tiene una voz que me recuerda mogollón a Dut y eso es bueno. Más matemáticas. “La Sal en los Ojos” también me recuerda a las tormentas eléctricas Made In Crazy Horse, aunque ésta es un medio tiempo. Se cierra el disco con “Aniversarios y Fiestas”, el momento más relajado del disco, y “Anónimos”, uno de los más intensos y que sirve de fantástico colofón.No sé si es porque dedicaron mucho tiempo a la composición de las canciones, pero una de las cosas que hace que este no sea un disco de fácil digestión es que encierra muchos ambientes distintos. Quizá es un handicap en un primer momento, pero yo creo que a la larga se acaba agradeciendo, ya que el disco crece con cada escucha y lo vas atacando desde diferentes frentes. Acabaremos diciendo que “El orden de las cosas” hará las delicicas de esa veterana audiencia de BCore que creció escuchando discos grabados por Don Zientara en Inner Ear, entre la que gustosamente me incluyo, y que añoraba alguna referencia de este estilo entre las últimas novedades del sello. Un gran disco de post-hardcore, hecho con el corazón en la mano, los pies fríos y las venas hinchadas.