La arena empieza a arder bajo nuestros pies, la brisa mediterránea golpea suavemente nuestros entumecidos rostros y los edificios abandonados inspiran nuestros corazones hasta hacerlos latir con violencia. Un pequeño nudo se va formando en nuestras gargantas, sentimos el salitre y nos dejamos abrazar por la tÃmida calidez del astro rey. Mientras tanto nuestras retinas brillan agradecidas.
Kippel depura todas estas pequeñas pero estimulantes sensaciones y las convierte en canciones con ecos meridionales, pequeños himnos al hedonismo, y en otros casos, a la melancolÃa de las cajas de cerillas vacÃas, a la aridez de nuestra ciudad y a las cervezas frÃas a media tarde.
Kippel Matisse 27/6/08
Kippel 19-12-08 en Durangoclub por carlosbartual.com