Raúl Moya Quartet

RAÚL MOYA DÍAZ. 6 Marzo 1979. Guitarrísta y compositor. Comienza a estudiar guitarra en el verano de 1994. Sus primeros pasos fueron como músico autodidacta. Más tarde, en 1997 ingresa en la "Escuela de Música Creativa" recibiendo clases de guitarrístas de renombre internacional. Así bien, de CLAUDIO GABIS aprendió los manierísmos del blues, mientras que con ARTURO LLEDÓ profundizó más en el Jazz, la improvisación y la música brasileña, hecho que le influirá decisivamente en el campo compositivo.Si bien, se lleva dejando caer por los clubs de blues y jazz de Madrid desde el invierno 2003, no es hasta el verano 2006, que termina sus estudios de arquitectura y comienza a dedicarse plenamente a la música, cuando Raúl Moya empieza a darse a conocer en el circuito musical madrileño, realizando trabajos ya más regulares como guitarrísta.En primavera de 2007, Moya comienza a trabajar eventualmente en la jam session de El Junco, tocando con la I.B.M. de Norman F. Hogue, sustituyendo a su amigo, el guitarrista Emmet Crowley. En este trabajo estará tocando durante meses, sin saberlo, con los músicos que formarán su futuro cuarteto: David Fernández, batería oficial de la I.B.M., Javier Geras, que estudió bajo en la escuela de Leeds junto con Emmet Crowley y Alejandro Nieva, al que conoció tocando en diversos clubs de Madrid.En mayo de 2007, y tras años componiendo de manera intimista, Moya decide rescatar aquellas ideas fraguadas a fuego lento que más le convencieron, hasta que termina por grabar el actual dossier a finales de octubre de 2007.Su inspiración bebe de diversas fuentes, a priori inconexas. Pink Floyd, King Crimson, Charles Mingus, Mahavishnu Orchestra, Lee Ritenour, Weather Report, Jeff Beck o Erik Truffaz son algunas de sus influencias más notorias.Raúl Moya compone de una manera analítica y sistemática, jugando con recursos compositivos propios de la arquitectura y aplicándolos a la música. Separa así, los tres elementos básicos que construyen la música: Armonía, Melodía y Ritmo, y juega con cada uno de ellos por separado hasta obtener lo que busca. Después lo ensambla todo, como si de una labor de montaje se tratara. El resultado es sorprendentemente tectónico y consistente, un juego de llenos y vacíos que conducen a un ritmo compositivo muy marcado.Madrid, Diciembre 2007.