Quedaba sellado con cal y canto, en un paseo dominical de mi infancia, una de mis primas que nos visitaba de Canarias lo dijo con voz clara, como una profecÃa: “vas a ser cantanteâ€.Entonces vino la coral del colegio, la de la primaria y luego la del bachillerato, e inmediatamente después, Los Beatles y el rock and roll, y mi primer grupo de rock, “Potenciaâ€, escribÃamos ya nuestras propias canciones, con toda la influencia que traÃamos de los setenta.Y asà comenzó la década de los ochenta, asà nos agarró la noche caraqueña y empezamos a deambular por los bares y tugurios con la música a cuestas, a veces de otros, a veces nuestra, después hice una especie de audición con un ya famoso grupo venezolano: “Témpanoâ€, y comenzó lo que serÃa el final de una temporada por el pop, en la década más añorada por los artistas venezolanos.En los noventa se hizo un largo ‘mutis’ en la movida musical, terminamos un contrato que tenÃamos con una disquera trasnacional y grabamos un último disco con otro nombre: “Pósterâ€, Témpano se disolvÃa, hasta nuevo aviso, pero la mencionada casa de discos me ofreció un contrato que firmé, y con un retraso de casi cuatro años pude grabar mi primer disco como solista en Los Ãngeles, California, “Alexisâ€, del que sonaron dos o tres temas en la radio, pero el contrato se venció en tiempo, y la continuidad, también.