Es evidente que Dios me concedio un destino oscuro. Ni siquiera cruel. Simplemente oscuro. Es evidente que me concedio una tregua. Al principio me resisti a creer que eso pudiera ser la felicidad. Me resisti con todas mis fuerzas, despues me di por vencido y lo crei. Pero no era la felicidad, era solo una tregua. Ahora estoy otra vez metido en mi destino. Y es mas oscuro que antes, mucho mas.
M.Benedetti,La Tregua,1960
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