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[][][][][][][]VOCALISTA Y PERCUSIONISTA del GRUPOEXPERIMENTALCUYANO
"KARAMELO SANTO"Y CANTADOR del JARILLASOUNDATISYSTEMALGUNOS TEMAS COLGADOS AQUI....(profile)
Try the BEST MySpace Editor and MySpace Backgrounds at MySpace Toolbox !EL CULPABLE ES EL JUEZ (carta a todos los directores de los principales diarios MENDOCINOS escrita por un familiar de LILA DE MARINIS detenida-desaparecida la ultima dictadura militar, por supuesto la carta no se publico en ninguno de estos diarios)Sr, DirectorEl culpable es el Juez, es culpable de lacerar el dolor de nuestras siempre dolientes almas.
Ya fue partÃcipe encubierto y cómplice del asesinato y desaparición de tantos argentinos que luchaban por nuestra patria desgarrada.
Lo fue cuando nos negaron sistemáticamente nuestros pedidos de Habeas Corpus, cuando el Juez, y también la Corte, la Iglesia y los militares negaban conocer la verdad.
Ahora está tronchando nuestras últimas esperanzas.
Ahora pasaron más de treinta años, los padres y madres de detenidos desaparecidos ya se cuentan con los dedos de la mano, los hermanos directos o indirectos somos canosos y encorvados hombres y mujeres con la vista perdida, el alma encogida y las manos vacÃas.
Cuando en todo el paÃs, se llevan a cabo Juicios a genocidas de nuestro pueblo, Mendoza resiste impávida los pedidos de familiares, organismos de derechos humanos, hijos, padres, hermanos de más de trescientos detenidos desaparecidos de la última dictadura militar.
No se tienen intenciones de revelar la verdad, ni siquiera de conocerla.....El culpable es el Juez, que ante nuestra humilde requisitoria para que nos escuche en nuestras permanentes visitas a los Tribunales Federales da órdenes de no recibir a nadie que no tenga audiencia.
¿Audiencia? Nadie nos pidió audiencia para invadir nuestras casas, matar a nuestros hijos o a nuestros padres en una escalada criminal del estado que el pueblo argentino -y ningún pueblo- merece.Asà fue que el jueves último, 25 de Setiembre, fuimos ese puñado de almas a buscar por enésima vez justicia en los Tribunales Federales de Mendoza.
Allà estaban viejos y jóvenes con tambores y banderas con la secreta esperanza que esos tambores y esas banderas fueran escuchados o leÃdas por la ciega y sorda justicia.
Ahà nomás una comisión de cuatro personas avanzamos hacia el interior del edificio donde no pasamos de la guardia. Telefónicamente dieron noticia al custodio uniformado que el Dr. Miret no nos recibirÃa.
Amigos, ¿y la obediencia debida? el uniformado nos permitió pasar al cuarto piso donde un Juez nos recibirÃa.
Allá luego de una nerviosa espera, apareció un señor que, con mucha ternura nos sacó del cuarto piso de Tribunales y nos llevó hacia el segundo piso, donde se encontrarÃa supuestamente la Jueza Secretaria de la Cámara.
Allà fuimos con nuestras dolientes humanidades y esperamos quietitos el resultado del encuentro entre estas dos personalidades. A poco salió el cariñoso Juez del cuarto piso y nos dijo que la Secretaria de la Cámara, otra Jueza, pronto nos recibirÃa.....
Entonces, prietos de confianza en que nuestros argumentos harÃan enrojecer no solo a la Cámara de Mendoza, sino a todas las Cámaras del paÃs y del Universo, contamos los minutos que precedÃan a tan importante entrevista.
Doña Isabel De Marinis con sus noventa pasados, escudriñaba a través de la hendija de la puerta, esperando ver brillar la luz de la comprensión detrás de ella, yo, más ciego y menos crédulo, estaba allà tieso, encomendando nuestro destino y nuestras esperanzas a quién sabe que misericordia.
De pronto apareció una dama extraordinariamente radiante que con vos monocorde, dijo una sentencia que sacudió mi corazón, mi mente y mi alma: “La Sra. Jueza no va a recibir a nadie que no tenga audiencia...â€, “ por orden de no se que Resolución de la Cámara....â€Allà busqué con desesperación los ojos de mi suegra, la madre de Lila De Marinis, ojos que siempre encuentro cuando decaen mis fuerzas....No los encontré,...Salà a la calle, donde la murga rugÃa, creyendo en su rugir que servÃa para que sus paladines, estos humildes servidores, hubieran sido escuchados, no solo por un juez, sino por todos los jueces del mundo, quienes presurosamente se abocarÃan a hacer justicia.
Un hombre habÃa preparado un viejo amplificador y un micrófono para que se expresaran aquellos familiares que manejan mejor el verbo, todos los corazones esperaban la noticia que los hiciera revivir, que puliera el diamante de sus esperanzas...
Fui hasta el micrófono y cuando lo toqué, supe que iba a llorar, supe que estaba quebrada mi alma y eso quiero señor director que Ud. cuente a mis congéneres.
Llamé al Negro Abalos y le dije: diga Ud. amigo que yo no me puedo las piernas, y él dijo; y como en un sueño la murga fue callando sus sones, los aplausos y pedidos por nuestros familiares desaparecidos fueron esfumándose, no hubo discursos, no hubo lectura de tantos manifiestos que antes habÃamos preparado y corregido con birome, para que no hubiera errores al leer.
De pronto nos caÃmos en el abismo de la muerte del alma, y Uds. señores jueces nos empujaron a él.
Hoy pasaron creo que tres dÃas, y esta mañana he resucitado, y por eso Señor director le escribo, para que sepa y haga saber a todos:
El culpable de este crimen es el Juez.