A mediados de 2006 tres indolentes solitarios, después de haber padecido intensas aventuras y recorrido largos y peligrosos caminos, deciden aunar sus esfuerzos para llevar a cabo una arriesgada misión: acabar con todos los cantantes horteras del planeta y elevar a la categorÃa de santo a Armando Manzanero.
No tardan en darse cuenta de lo inviable del proyecto y deciden embarcarse en una nueva cruzada: Hacerse famosos. La suerte no les sonrÃe y de hecho no creo que hayan visto sus caras ni por el "Pronto" ni por el "¡Hola!". Los hechos les llevan a verse sumidos en una gran desorientación vital y una profunda depresión, pero estos tipos son de los que no cuentan las caÃdas sino las veces que se han levantado. Percibiendo la imperante ignorancia en esta rebelión actual de las masas deciden buscar un propósito más puro y elevado que los anteriores: Tocar y cantar a la estética como si no existiera un mañana.Esta singular formación está compuesta por tres variopintos personajes.Guillermo Carrizo; guitarrista porteño que tardó más de diez años en descubrir que la guitarra se cogÃa al revés. Lleva en su corazón a Goyeneche y al trÃo Los Panchos pero en una etapa oscura de su vida pensó en hacerse permanente e idolatrar a George Benson. Al ver el inquietante avance de sus entradas desechó la idea y a dÃa de hoy sigue sufriendo severas crisis de identidad que lo llevan con zozobra a través de iconos tan dispares como Pedro Navaja o Pablo Pueblo. Últimamente canta, porque escuchó una vez que el que canta su mal espanta.Daniel Tejedor es el que pone las consonantes al grupo desde la baterÃa y percusión en general. Casualmente es otro personaje que lo mismo dispara con la izquierda que con la derecha y que nunca ha tenido claro como disponer la baterÃa, lo cuál le convierte en un experimentador nato y constante. Valencianet en busca de fortuna abandonó su Benicarló natal ansiando encontrar comidas más exóticas que la paella y melodÃas más rasgadas y oscuras que las proferidas por los trompetistas del Levante español. No tardó en darse cuenta de que la gente es igual de indeseable en todos los rincones del planeta y el Falafel y el Saguarma acabaron cansándole. Golpea los tambores como si en cada impacto le devolviese a la vida misma los golpes ésta que le hizo encajar.Oscar Machancoses; aristócrata venido a menos que no supo cómo cambiar los libros de Bach, Mozart y Beethoven por el lenguaje musical de la calle. Un tipo que habrÃa vivido a gusto en la élite artÃstica de los 50 ataviado con sombrero y clavel en la solapa y que no acaba de encontrar su lugar en el siglo XXI. Trata contÃnuamente de ejercer de artista atormentado pero no lo consigue y sólo puede ocultar su optimismo lamentándose de lo mal que está todo y diciendo que cualquier tiempo pasado siempre fue anterior... Sus arcaicos modales no le permitÃan profanar el piano en garitos de mala muerte y optó por un istrumento más profano como es el Hammond.Personalidades tan dispares y tan perdedoras no es fácil que encuentren una lÃnea artÃstica definida pero si hay algo claro en este colectivo, que huye de todo cÃrculo pseudo-intelectualoide, es que anteponen el colesterol a la comida macrobiótica, la ingesta de ron y cerveza a los talleres de yoga, los bares a los museos, Frank Sinatra a Julio Iglesias, Henry Mancini a Luis Cobos, Stanley Kubrik a James Cameron, SofÃa Loren a Siena Miller y Tocar a Estar en una oficina.Esta peculiar idiosincrasia define al TrÃo Tocador como una nave errante y cargada de historias que dispara al azar allá por donde pasa. La última vez que se les vio andaban por la Barcelona de comienzos del XXI, sÃmbolo de la decadencia de la humanidad capitalista. Actualmente sobreviven como músicos de fortuna. Si alguna vez los encuentra quizá pueda contratarles...
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