About Me
Miembro de una pobre y numerosa familia (aproximadamente, eran quince hermanos) de Sagua La Grande, Antonio tuvo que trabajar desde niño en los más diversos oficios, según le permitiera la edad. Fueron sus padres un emigrante gallego, José Lugo Padrón, y una negra cubana, Leoncia MachÃn. Su infancia, según declararÃa el artista fue «bastante feliz dentro de lo que cabe: dentro de la posición de mi familia, que no eran ni muy ricos ni muy pobres». Siempre le gustó cantar y asà cantaba cada vez que tenÃa una oportunidad. Llega a escaparse hasta tres veces con los músicos ambulantes que pasan por su ciudad camino de La Habana. Desde niño cantó en teatros de su pueblo natal e integró grupos musicales alternando con su trabajo de albañil. Cantaba en el coro de la iglesia, detrás de la pantalla del cine mudo... En 1911, el párroco de Sagua le pone a cantar en su altar mayor. En cierta ocasión, con motivo de una fiesta benéfica, interpreta el Ave MarÃa de Schubert subido a una silla: se gana el aplauso de toda la población. Cuando MachÃn cumple 20 años, su mayor deseo es cantar ópera. Aunque no tarda en comprender la imposibilidad de su anhelo siendo mulato, su repertorio quedarÃa reducido a Otelo, estudia bel canto. Animado siempre por su madre, quien fue en parte culpable de inculcarle el amor por la música, el padre veÃa su actividad como propia de personas de no muy buena vida. No querÃa que su hijo fuera cantante porque se decÃa que los cantantes eran unos chulos.A pesar de las trabas el joven Antonio llegó a La Habana en 1926, con solo quince años. Empezó cantando en los cafetines de entonces junto con un guitarrista llamado Manuel Zaballa. La reputación del dúo fue creciendo entre los señores, cuyas fiestas animaban. Pero el destino del artista estaba en una emisora a la que acudió a cantar. Allà coincidirÃa con Don Azpiazu, quien no dudó en contratarlo para que integrara en su orquesta como segundo cantante y cantara en el Casino Nacional de La Habana. Comenzaba asà su carrera profesional en la música. Sin dejar de actuar con Don Aspiazu, fundó en compañÃa de Antonio un sexteto, que pudo hacer sus primeras grabaciones en 1929 y a partir de los medios de la época -las victrolas de cuerda y la radio que empezaba a desarrollarse- consiguió un éxito inmediato. Su primer gran éxito fue "Aquellos Ojos Verdes", al que siguió "El Manisero". Puede destacarse de esta época que fue el primer artista negro que canto en el Casino Nacional de la Habana, lugar muy exclusivo, frecentado por la burguesÃa más exquisita.En abril de 1930 Antonio llega a Nueva York, integrando la orquesta de Don Azpiazu. Estuvo cuatro años, formando parte de otras muchas agrupaciones (José Escarpenter y su Orquesta, Orquesta Antillana de Rafael Hernández, Julio Roque y su Orquesta, Armando Valdespà y su Orquesta, además de las dirigidas por él mismo: la Orquesta MachÃn y el Cuarteto MachÃn).A pesar de su presencia constante en los escenarios neoyorquinos, en donde era famoso desde que popularizó «El Manisero» de Moisés Simons y donde grabó una enorme cantidad de discos a lo largo de la primera mitad de la década del treinta, se marchó a Europa en 1936.Estuvo brevemente en Londres (actuando en el teatro Adelphya) y luego llegó a ParÃs, ciudad en la cual la presencia de la música cubana era muy fuerte desde finales de los años veinte. Formó una agrupación llamada Antonio MachÃn y su Orquesta, con Moisés Simons al piano, con la que grabó ese mismo año de 1936 y también con la Orquesta de Eduardo Castellanos. El cantante se enamoró de una francesa, Line. Con ella y con su orquesta realizarÃa una gira por Suecia. Estuvo a punto de instalarse en Estocolmo, pero el frÃo le hizo volver a ParÃs.MachÃn llegó a España (donde desde la década de los veinte tenÃa un hermano, aposentado en Sevilla) de vacaciones, en 1939, tratando de escapar de la guerra mundial y se encontró con la realidad española más dura y pobre, con la guerra civil recién acabada. Llego con el saxofonista dominicano Napoleón Zayas, con quién intentó alistarse para ir al frente y luchar contra Hitler, hasta que se dieron cuenta que no era una guerra en la que tuvieron competencia. Se quedó en Madrid y se casó en 1943, en la ciudad de Sevilla con MarÃa de los Ãngeles RodrÃguez, a donde trajo a parte de su familia. Actuó en algunas salas de fiestas como Shangai (llamada, tras el cambio de nombres extranjeros por nombres castellanos, Sala Bolero), cobrando veinticinco pesetas diarias. El primer éxito que tuvo en España fue Noche triste, un fox melódico grabado con los Miuras de Sobré, orquesta que acompaño a MachÃn en sus primeros éxitos y de la que después se desligo. Otros de sus primeros éxitos fueron Como Fue, Moreno, Amor Sincero, etc,. Aunque en 1947 llegarÃa su gran éxito, en España. Se trata del inolvidable Angelitos Negros. En principio fue una canción morisca, que con los arreglos musicales a finales de la década de los sesenta, convirtió en un gran bolero.
Dos compositores importantes en su carrera, fueron el cubano Oswaldo Farrés: autor de temas como Madrecita, Toda una vida, No me vayas a engañar, Quizás, quizás, quizás, Ay de mi...;y la mexicana Consuelo Velázquez: autora de Bésame mucho, Sera por eso y Amar y vivir. Mención aparte merece la única versión de la cubana Isolina Carrillo, que convirtió en uno de sus grandes existos, Dos gardenias.En España, ya con más de sesenta discos grabados y con su “Cuarteto MachÃnâ€, le llega la consagración total gracias a una adaptación absoluta al paÃs como lo demuestra la frase, muy citada, de que se trataba de “El más cubano de los españoles y el más español de los cubanosâ€.