About Me
Si esa frase la hubiera pronunciado un socio del nutrido grupo de fans de Camela , tendrÃa un valor relativo. Si lo escribiera alguien del equipo de promoción de su compañÃa, podrÃa considerarse simple propaganda. Pero quien ha afirmado esto sobre la música y el sentimiento de Camela es un indiscutible maestro del flamenco. Nada menos que José Mercé. ¿Se lo puede discutir alguien? No serán los más de cinco millones de compradores de sus discos. SÃ, cinco millones de copias que pronto serán seis y que dejan pequeñas las cifras de muchas pretendidas figuras que con sonar tan solo en algunas radios amigas y aparecer en los papeles de los adictos se consideran sÃmbolos de una época.Camela ha sufrido el mismo ostracismo que soportaron los pioneros de la rumba hace ya veinticinco años. Si habÃa papel de tres categorÃas para hacer las portadas de los discos, ellos se llevaban el de peor calidad. Si habÃa un policloruro de vinilo fino y satinado, ese era para las figuras del pop. Y el granuloso, para la rumba. Hasta que se comparaban las cifras de ventas y aquellos discos relegados en la promoción, en las radios y las televisiones, eran los que de verdad llegaban a la gente. Todo cambió cuando los Chunguitos cantaron en el Rock-Ola, el santuario de la movida, y además escoltados por Alaska y sus compañeros de avanzadilla contracultural. La clausura de los Juegos OlÃmpicos de Barcelona, con la exhibición de la rumba catalana ante cientos de millones de telespectadores de todo el mundo sacó por fin del silencio oficial a este tipo de música vigorosa, vital y auténtica.Luego llegó Camela con su tecnorumba y volvieron los olvidos y los silencios oficiales. Ninguna cadena de radio-fórmula musical les programaba. Iban a las televisiones de tapadillo y allÃ, -lo denunciaron alguna vez-, les dejaban solos y abandonados en el camerino hasta que llegaba la hora de salir al escenario. Y entonces se producÃa el milagro: el público enloquecÃa con sus canciones y les encumbraba al número uno. Al principio ni aparecÃan en las listas de ventas, porque se decÃa, -siempre hay que buscar una disculpa-, que sus ventas se producÃan fuera del circuito habitual incluso se llamaba circuito oficial-, y que por lo tanto no contabilizaban en las encuestas.Ahora editan su undécimo álbum oficial. Y reseñamos lo de oficial porque existen muchas otras grabaciones de Camela a base de recopilaciones y mezclas, porque cuando se juega en Primera División, como dijeron ellos orgullosamente en una ocasión, ya se sabe que los fans buscan cada jirón de música que haya producido el artista. Este undécimo disco se titula Se ciega por amor y es una excelente colección de diez canciones con el toque y el sonido clásico de Camela . Canciones que son, en su propia definición, historias de amor dialogadas con el lenguaje de la gente porque para la gente de la calle cantan. Y siguen viviendo allà mismo y compartiendo sus éxitos y sus ilusiones con los amigos de siempre. Han tenido el acierto de no buscar grandes orquestaciones y siguen fieles al sonido Camela , con el toque tecno que ellos supieron imprimir a la rumba.Abre el disco una voz infantil que nos sorprende a todos con unos versos a capella, tras lo que entra el inconfundible sonido de Camela iniciando Me he enamorado . Pero no teman que quiera explicarles canción a canción, todas escritas por Dioni, Maria Angeles y Rubén, hijo de Dioni, aunque sà me gustarÃa señalar el magnÃfico tema que da tÃtulo al álbum y la participación de El Fary, un tercero en discordia en Mi viaje , una historia muy cameliana' llena de fuerza y dramatismo. Una de esas narraciones que darÃan para una pelÃcula y que Camela condensa en tan solo tres minutos llenos de sentimiento.Se trata de un disco que sin dejar de ser Camela al ciento por ciento, muestra su natural evolución. Además de sus tecnorumbas, hay baladas y boleros. Es más abierto, más elegante sin dejar de tener ese toque popular que es parte del sello de Camela y sin el que no se comprenderÃa su extraordinario éxito. Camela empieza a cambiar y lo hace para bien, porque no olvidan a su público ni cambian los puntos claves de su música. El primer single, El deseo es cosa de 2 es una demostración de esa extraordinaria habilidad del trÃo para plantear y desarrollar una historia, en este caso de amor, pasión y deseo. Es una de esas historias de amor que el grupo sabe dialogar y las que muestran los encuentros y desencuentros de una pareja ante el amor.Y déjennos que destaquemos también Has cambiado mi vida . Desde el primer acorde se ve que es otra cosa, una nueva lÃnea que se abre en la carrera de Camela . Es una balada en la que MarÃa Ãngeles puede lucir todo el dramatismo de su voz. Una canción con un toque muy latino que arrasará en toda América, pero -eso sÃ- después de haberlo hecho en España. ¿Quién podrá resistirse a ese estribillo Has cambiado mi vida, corazón, yo que no te buscaba te encontré...? Quizás sea la canción que mejor marque esta nueva elegancia que nos muestra a unos Camela más seguros de sà mismos, más decididos a presentar batalla en todos los frentes musicales y en conquistar nuevos adictos que sumar a sus millones de seguidores.Y este es el momento para analizar la fulgurante ascensión de un grupo que en tan solo tres años pasó de los cassettes al número uno de las listas oficiales, compitiendo con nombres de relumbrón que miraban con envidia, desde su aparente superioridad, los discos y conciertos de Camela que no saben lo que es pinchar , ni en disco ni en directo. Los tres componentes de Camela , MarÃa Angeles, Dioni y Miguel Angel son de San Cristóbal de los Angeles un barrio de Madrid de donde también salieron el futbolista Raúl o el dúo Pecos. Eran amigos desde el colegio y aunque cada uno tenÃa su propio trabajo, Ãngeles en una imprenta, Dioni haciendo portes con una furgoneta y Miguel Angel componiendo ya sus primeras canciones, en cuanto tenÃan algún tiempo libre se reunÃan para cantar y ensayar.Asà llegó a los oÃdos de Alfonso Corral, que habÃa trabajado en multinacionales de mucho renombre y tras su experiencia con las majors' decidió montar su propio sello. Él descubrió el potencial de Camela y empezó a editar sus discos. Los primeros fueron Lágrimas de amor y Sueños inalcanzables, en los año 94 y 95. Y aquellos sueños no debieron ser tan esquivos porque en 1996 llegaron a realizar más de ciento veinte conciertos, todavÃa a bordo de una vieja furgoneta que se ahogaba en la subidas, y encabezaron un oficioso ranking de ventas, comparando las cifras reales que ellos vendÃan con las que publicitaban las figuras consagradas.En 1996 retomaron sus primeras canciones, aquellas de la maquetas caseras que tantos adeptos les habÃan granjeado, y lanzaron su tercer trabajo, Sus doce primeras canciones. El éxito fue imparable y su compañÃa discográfica decidió apostar fuerte y enfrentarse a todos sus rivales en el circuito oficial' de ventas. Fue con Corazón indomable, su cuarto disco, ya en el 97, cuando llegaron al número uno de las listas de ventas de toda España. Fue entonces cuando los eruditos y estudiosos del fenómeno pop empezaron a elucubrar y crear teorÃas que explicaran el inexplicable' éxito del trÃo. Se barajaron todo tipo de argumentos musicales, -la inmediatez y facilidad de las melodÃas- sociológicos, -la identificación de un cierto tipo de público con el trÃo-, e incluso polÃtico,- le rebelión ante el dirigismo cultural de una sola dirección.Pero la explicación era más fácil y la dio, en una entrevista, Miguel Angel Cabrera, uno de los componentes del trÃo: Todos los artistas interpretan canciones de amor , pero Camela hacemos historias de amor . No eran declaraciones de amor apasionadas. Ni hermosas poesÃas describiendo cada uno de los atributos de la mujer amada. Eran pequeñas historias, tragedias de amor, desamor, desengaños y reconciliaciones. Y los adolescentes que les seguÃan se identificaban con las ilusiones y los dolores de los protagonistas de esas canciones.Solo por ti, su quinto disco, logró la proeza de ser doble platino en la primera semana de ventas. Y llegó el salto lógico: de un sello pequeño, entusiasta e inteligente, a una compañÃa multinacional que podÃa potenciar, como asà ha hecho, todas las posibilidades nacionales e internacionales del grupo. 1999 fue la fecha de su último disco con Alfonso Corral, No puedo estar sin él y el 2000, siglo nuevo, el primero con EMI: Simplemente amor. Volvieron a encabezar las listas de éxitos durante tres semanas y se convirtieron en uno de los álbumes del año.Los discos y los conciertos seguÃan teniendo la misma aceptación que en años anteriores, pero el salto de compañÃa les significó la entrada en el mercado latinoamericano. En mayo del 2001 visitaron por primera vez Santiago de Chile como parte de una gira promocional. No podÃan imaginarse la calurosa recepción de fans que les esperaba en el aeropuerto ni la concentración de más de diez mil personas en el concierto de presentación en el Paseo de la Ahumada. Tuvieron que regresar a España para el lanzamiento de Amor.com, que superó las cuatrocientas mil copias. En ese momento las ventas completas de sus discos superaban los cuatro millones de copias por lo que recibieron un simbólico disco de diamantes'.Y un mes después regresaban a Chile, donde ofrecieron un gran concierto, esta vez no promocional, en el que llenaron el Estadio Santa Laura con un actuación modélica que el publico acompañó canción a canción. Camela tenÃa nuevos seguidores y nuevos mercados a su disposición. No se durmieron en los laureles y en el 2003 editaron el noveno álbum, de su carrera, titulado "Por siempre tú y yo", con canciones compuestas por Dioni y Ãngeles. En el 2004 Camela repitieron con "10 de Corazón", y tras 5 semanas consecutivas en el número de ventas en nuestro paÃs, llegaron a vender 240.000 copias. Se cumplÃan sus primeros diez años de carrera. Ahora llega su álbum Se ciega por amor y la magia de Camela vuelve a las radios y a los escenarios.