el viento de Las Sierras sopla una vez más con su ancestral sabidurÃa y anima a las almas danzantes a desperezarse con afecto: la respiración restituye el cuerpo, convoca a la vida y ya nada vuelve a ser como antes: las hierbas crecen en las praderas florecidas y: enormes sonrisas sincronizan al saludar al sol con respeto y proverbial conciencia
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