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Dictator

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About Me

De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso, dejar atrás un sótano más negro que mi reputación —y ya es decir—, poner visillos blancos y tomar criada, renunciar a la vida de bohemio, si vienes luego tú, pelmazo, embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes, zángano de colemena, inútil, cacaseno, con tus manos lavadas, a comer en mi plato y a ensuciar la casa?Te acompañan las barras de los bares últimos de la noche, los chulos, las floristas, las calles muertas de la madrugada y los ascensores de luz amarilla cuando llegas, borracho, y te paras a verte en el espejo la cara destruida, con ojos todavía violentos que no quieres cerrar. Y si te increpo, te ríes, me recuerdas el pasado y dices que envejezco.Podría recordarte que ya no tienes gracia. Que tu estilo casual y que tu desenfado resultan truculentos cuando se tienen más de treinta años, y que tu encantadora sonrisa de muchacho soñoliento —seguro de gustar— es un resto penoso, un intento patético. Mientras que tú me miras con tus ojos de verdadero huérfano, y me lloras y me prometes ya no hacerlo.Si no fueses tan puta! Y si yo supiese, hace ya tiempo, que tú eres fuerte cuando yo soy débil y que eres débil cuando me enfurezco... De tus regresos guardo una impresión confusa de pánico, de pena y descontento, y la desesperanza y la impaciencia y el resentimiento de volver a sufrir, otra vez más, la humillación imperdonable de la excesiva intimidad.A duras penas te llevaré a la cama, como quien va al infierno para dormir contigo. Muriendo a cada paso de impotencia, tropezando con muebles a tientas, cruzaremos el piso torpemente abrazados, vacilando de alcohol y de sollozos reprimidos. Oh innoble servidumbre de amar seres humanos, y la más innoble que es amarse a sí mismo!Jaime Gil de Biedma

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Rápido

Rápido Cierro los ojos Y dejo pasar los días Por los conductos del cólera. Me visto de negro y me siento En una silla Y bajan a verme los ángeles Asqueados De mi boca de pez muerto.
Posted by on Tue, 16 Sep 2008 12:33:00 GMT

El río

Desde el río hasta la casa apenas se cuentan trescientos veinte pasos. Trescientos veinte días, trescientos veinte muertos. Como cada mañana dispongo la silla junto a la puerta y me siento en ella con...
Posted by on Mon, 15 Sep 2008 01:49:00 GMT

El ángel

En el último recodo de la angosta escalera me esperaba mi ángel de la guarda. Hube de tragarme de un solo golpe tantos años de obstinada incredulidad. Era él, lo supe enseguida. O mejor dicho, ella, p...
Posted by on Wed, 10 Sep 2008 01:31:00 GMT