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Los OneonsRetrospectivador (Una Historia para leer)1_Prehistoria de amorTodavÃa no eran proyectos. Nahuel consiguió la baterÃa porque Pato ya no tocaba más. Entonces, la plata juntada como se pudo; bombo, chancha y demás enceres apretados en la habitación de la casa de Villa Ballester; y por primera vez sentarse frente al montón de fierros y descubrir que, casi mágicamente, aparecÃan ritmos, cortes, soluciones. Y aparecÃan fuertes, bien, quizá diferentes a los de los demás. En la otra punta del mundo, o sea, en Florida, Diego seguÃa enterrado en sus discos, la cabeza apoyada en un pila de cds, los pies levantados sobre una montaña de vinilos, mirando el cielo raso, concentrándose, o intentando hacerlo, en las formas de las canciones; buscando minuciosamente eso que le escapa al sentimiento. A mitad de camino entre ambos, Fer, auténtico ciudadano de la república de Munro, seguÃa en la suya. Arañaba, desde algún tiempo atrás, la criolla operada del aula de música del colegio; y divertÃa a sus amigos con melodÃas fogoneras. TodavÃa no imaginaba qué le aguardaba delante. Mientras, Pato, ahora desinstrumentado, decidÃa invertir el dinero de la baterÃa perdida en un reluciente bajo. Asà pasaron los años.
Una mañana de sábado Diego fue al centro y volvió con su primera guitarra eléctrica que, además, era su primera guitarra; y la semana entrante, y de la mano de su profesor amigo, ya arriesgaba torpemente Yesterday, o Blackbird, o Michelle. Luego, se dirigió a la habitación de Nahuel, quién se habÃa transformado en un eximio baterista ..algunas bandas e intentos en su haber, nada importante-, un teclado Yamaha casi desvencijado debajo del brazo, y, por primera vez, grabaron algo que parecÃa música. Ahà nomás, sin preámbulo ni concilio atestiguado, decidieron intentar la aventura de la música. Muy lejos, mucho trabajo, es cierto... pero ¿qué tenÃan para perder?
De ahà las primeras ..canciones... Arrojos en inglés, despropósitos que en el mejor de los casos podÃan entenderse como homenajes; Diego y Nahuel y Pato cantando como podÃan, sonando como podÃan, haciendo lo que podÃan. ¿Nombre del grupo? No, por supuesto.
De pronto, del norte bajó otra guitarra. Sonaba lógico; era causal: Fer del otro lado, cuatro personas, dos violas y un bajo, todos grandes amigos. Ahora sÃ. Basta de chiquilinadas. De habitaciones en Ballester a salas en Palermo; de un poco de ruido desenfocado, a mucho ruido desenfocado. ¿Hace cuánto de esto? Una vez por semana juntar todo en el baúl de algún coche prestado y meterse entre amplificadores altos como uno, subiendo el volumen más y más. Y asà las cosas arrancaron.2_Nacimiento deforme
Bonita historia; pero antes del final ..el principio también-, siempre hay desventuras. Una noche - canciones listas, estilo cada vez más cercano-, Pato se hizo hippie y se fue. No se perdió la amistad; pero sà al bajista Entonces, Fer hizo lo que creyó que era su deber: ..ok, yo toco el bajo... Y el resto, ..perfecto, ahora somos un trÃo... No hubo baches visibles, sino cambio de formas. Siguieron los ensayos.. y el sonido cambió y la banda cambió y el rumbo cambió y Nahuel es el cantante, no hay dudas, y Diego se defiende con las seis cuerdas y salen cosas lindas y Fer ya toca bien con sus cuatro, y las canciones salen en inglés... y bueno, dejémoslas asà por ahora, ¿y si nos llamamos The Onions?, y bueno, por ahora. Y de cinco o seis las canciones pasaron a treinta o un poco más, y de ..porque sÃ.. se llegó a ..hacia dónde.., y de una vez cada tanto a dos, tres veces por semana, y de los dÃas de rutina y parciales a los recreos de acordes y fantasÃas. Y por primera vez entonces, fue un proyecto. Y asÃ, ahora proyecto, The Onions pensaban para adelante; y adelante, además de lo mejor, habÃa bosques y selvas impenetrables, desafÃos desconocidos, tiempo suelto e inseguridades. Y entonces se veÃa que no iba a ser tan fácil. Y las canciones nacÃan, pero no era tan fácil.3_Crianza a los tumbos
Pero la suerte ..como las desavenencias- seguÃan desafiando; y un dÃa, como la guitarra antes, del norte bajó Juan. Juan experiencia, Juan estudios, Juan contactos, equipos, notebook, micrófonos, Protools, amplis. Juan mucho y de todo. Juan se queda un año, o más, y nos graba, seguro. Y asà fue. Primero hubieron ideas amplias y demos de baterÃas programadas; y coincidiendo con el origen del trabajo de producción, The Onions debutó en vivo, ahora más seguros de poder internarse en la selva. Un trÃo raro, la voz desde la baterÃa, canciones medio en inglés medio en castellano, sólo un cover, no muy conocido.. Pero Juan se lo tomó en serio. Durante lo que duró ese año hermoso, desde el estudio y su rol de jefe ..padre- rockero, fue el cuarto miembro de la banda, en el estudio. AlegrÃa, peleas, pelitos. Tardes arduas atados al click, repitiendo mil veces hasta que se oiga lo mejor posible; siempre concentrados en las doce canciones seleccionadas. Fines de semana en estudios de verdad, grandÃsimos de bocas abiertas. Amigos, -Nano (ya por entonces)- que vienen a hacer de las suyas, tanto mejor que las nuestras, un sólo memorable, consejos y crÃticas certeras, cambios de letras, odios, miradas, amor.. cosas que hicieron que súbitamente ya no fuesen Diego y Fer y Nahuel: de repente eran juntos, nuevos, por fin, Oneons.
Y se fueron los dÃas y las semanas y llegó diciembre y se acabaron las grabaciones. Y Juan se fue a vivir a México; y entonces trabajar a la distancia. Mezclas, coros, armonÃas, volúmenes, graves y agudos, siempre a la distancia. Pero también trabajar desde acá, tan distinto de siempre; a tiempo, escuchando, afinando y peleando, ¿por qué no?, pero hacia delante. Adelante donde se volvió inevitable el hecho de que Nahuel tenÃa que concentrarse en su voz ahora, cantar, cantar, cantar, cantar; ineludible la necesidad de un nuevo baterista, también. Y para nuevos y para bateristas se alistaron, sucesivamente Mariano Perez y Juan Corsini y Los Oneons tocaron en vivo, grabaron nuevos demos, crecieron y dejaron de ser niños.4_Teenage Wasteland
Y un dÃa, por fin ..¿es real?- llegó el disco terminado, otra vez, la tercera, bajando desde el norte. Lo acompañaron algunos comentarios alentadores y la satisfacción indescriptible de haber hecho algo de lo que, al fin de cuentas, se está orgulloso, pues está bien hecho, pues es de uno. Y cuando uno ..uno mismo, mirando para dentro- sabe que ya no es un niño, comprende sus responsabilidades: Hay que tocar. Hay que tocar. Hay que tocar.
Hay que tocar y solos no podemos. Hay que tocar y Nano quiere hacerlo. Que venga Nano entonces ..gracias al cielo vino Nano-, colgándose una guitarra, martillando las maderas de sus pedales, enarbolando hojas de actividades por arriba de sus rulos. Mejor, mucho mejor. Pero falta, falta. ¿Y cómo hacer para no desesperar, si no encontramos al baterista? Hay que tocar. Hay que tocar. Hay que tocar. Casi imposible.. casi, casi...
Pero una noche de invierno (realmente invierno y no sólo para el cuento), ¡la suerte!, también por tercera vez: aparece Demian. Cara de pibe de barrio, tatuaje de Kiss, fanático de los Beatles, sabiendo cortes de Keith Moon. Y por fin sÃ; la palabra Oneons cobra un sentido diferente, él único sentido que debÃa haber tenido siempre. Oneons son ellos cinco, nosotros cinco. Y por fin sÃ, lo que suena en el disco es lo que suena en la sala. Y por fin, sÃ, sÃ, las dificultades siguen, pero ya no tienen tanto peso, porque Oneons es una banda. Todo va.
Y por fin, asÃ, decidirse, por el momento, a apagar el Retrospectivador, que ya lo que pasó, pasó; y que ahora pasará lo que venga. Nosotros intentando lo mejor, buscando y haciendo ruido, viendo de qué manera llegar a donde estés, volviendo en andas, o trayéndote de vuelta. Es que, después de todo, estamos seguros: ..It..s only teenage wasteland, but we won..t waste it...
Paz, Amor, Vos.