Ultimamente, no se si será por mi caracter en exceso observador y pensativo, veo ciertas actitudes en muchas personas q, si bien siempre han sido despreciables, ahora lo son mas por su frivolidad y su incapacidad para ocultar el ansia de obtener beneficio a costa de los demas. El tópico requiere llamar estas personas falsas, o hipócritas, sin embargo, es lÃcito recurrir a neologismos para definir esta nueva "tribu urbana". Con permiso del difunto y siempre genial George Orwell, defino a estos seres como DOBLEPENSADORES, por su capacidad para emitir juicios y afirmaciones completamente incoherentes entre ellas según el contexto en la cual han sido emitidas, por no mencionar la nula credibilidad q se obtiene de ellos a la hora de calibrarlas junto a sus actos o acciones. El echo de acuñar este término se debe a que, mientras que en el falso o hipócrita siempre existe cierto sentimiento de malicia y, por lo tanto, siempre hay cabida a una posterior redención en forma de arrepentimiento, en el DOBLEPENSADOR esta sensación ha sido anulada por la costumbre y la rutina, como un adicto se hace inmune a la sensación placentera de una droga. Realizando sus actos de manera en ningún caso deliberada, el DOBLEPENSADOR no es consciente en ningún momento de su situación ambigua e hiriente para las personas comprometidas, que cada vez son menos, y se mezcla con facilidad entre los grupos de buen pensar pero inútiles a la hora de decidir. No será de extrañar, pues, que cualquier intento de recriminación a su persona sea visto como una ofensa y reaccione como un animal asustado a la defensiva, intentando hacer creer a su apelador que está equivocado en su acusación y de sus buenas intenciones.Nada mas lejos de la verdad, si partimos de la base que las intenciones siempre son algo subjetivo y muchos veces irrevelable, no podemos creer a alguien cuyos actos sólo parecen ir regidos por el propio beneficio, y que el método mas usado para llevarlos a cabo sea la manipulación y el engaño. Términos como respeto, hip hop, reggae, solidaridad, etc.. son constantemente vapuleados sin compasión y esclavizados para ser convertidos en objeto de consumo y publicidad. Algunos promotores parecen convencidos de hacerte un favor por actuar en un establecimiento con un ambiente y clientela deficiente, y otros parecen seguros de tu ignorancia y estupidez utilizando tu imagen o trabajo para fines en modo alguno nobles e irrespetuosos con tu persona, abusando de la desinformación y de la terjiversación. Pero como quiero remarcar en todo momento, lo hacen sin querer, y ahà radica su verdadero peligro. Por este mismo motivo no merece la pena intentar una conversión en ellos, y abogo por la violencia, en cualquiera de sus formas, como respuesta hacia estas actitudes.Cuidado con los DOBLEPENSADORES.