AmandaGálvez

Dicen de mí: Cuentan las vecinas, viejas y cotillas (no hay problema, puedo decirlo así porque son de mi familia) que hasta su abuela cantaba bien. Yo eso no lo sé, pero sí sé, porque está en mis recuerdos, que nació en una familia llena de música, de gente que amaba la música.Así, cuando Amanda era pequeña todos sabíamos que tenía un gran chorro de voz, no porque cantara bien, sino porque lo que a ella de verdad le gustaba era mandar y gritar a otros niños.…y bailar flamenco con vestidos de repollo…Al mundo de la música llegó un poco más tarde, de la mano de su tío y de un teclado primero, de un piano y de un saxo algo después…en realidad tiene la capacidad casi mágica de dominar cualquier instrumento que se le acerque, igual, igual que un encantador de serpientes..Si la preguntáis os dirá que empezó a escribir poemas a los quince, cuando pidió en casa una guitarra que creía que no sería capaz de tocar, pero quiero que sepáis que eso es mentira, que algunos guardamos (para hundir su carrera si se porta mal) alguna poesía, sin pies ni cabeza, de sus pavísimos trece años.En el tiempo que vino después se convirtió en “la reina del pop” (“cantas, actúas y pintas, escribes poemas, todo lo haces bien, has nacido artista lo sé…”) y en una teatrera a la que le encanta hacer el indio rodeada de los suyos.Desde entonces, cada secreto, cada paso del camino, cada romance, cada uno de los que la rodeamos nos hemos convertido en música, porque la música es su mundo, su idioma, su bandera…Porque desde entonces TODO es música.La Tata
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