Ahora sufrimos de un intenso descontento por la pérdida de lo que hasta hace menos de 50 años considerábamos como nuestra tierra. Razas de menor evolución mental, creativa, intelectual, espiritual y fÃsica han tomado posesión de nuestra ciudad, la cual es nuestra única patria, burlándose de quienes somos dueños eternos de la única metrópolis considerable como Ciudad en este paÃs desolado por la ignorancia y la violencia que solo la mezcla de razas ha podido producir.
Ésto se escribe desde Bogotá (Colombia) por mentes en incesante crecimiento, considerados raza superior desde hace más de 300 años, tiempo suficiente para que la naturaleza eliminara todo rastro de escoria española compuesta de arios infectados por complexiones judÃas, cristianas y de medio oriente, además de la extinta y malograda raza pura indÃgena interrumpida en su progreso, dándonos un linaje único como nuevos hombres en una nueva dimensión. Los que aseguren que éste acto de eterna sabidurÃa de la madre naturaleza no posee fundamentos, estarán negando la misma evolución del hombre y serán considerados enemigos de la Nación, poniéndose aún en el mismo lugar que los primates que iniciaron la cadena del ser humano hasta el super-hombre.
Ahora sufrimos de un intenso descontento por la pérdida de lo que hasta hace menos de 50 años considerábamos como nuestra tierra. Razas de menor evolución mental, creativa, intelectual, espiritual y fÃsica han tomado posesión de nuestra ciudad, la cual es nuestra única patria, burlándose de quienes somos dueños eternos de la única metrópolis considerable como Ciudad en este paÃs desolado por la ignorancia y la violencia que solo la mezcla de razas ha podido producir.
Ésto se escribe desde Bogotá (Colombia) por mentes en incesante crecimiento, considerados raza superior desde hace más de 300 años, tiempo suficiente para que la naturaleza eliminara todo rastro de escoria española compuesta de arios infectados por complexiones judÃas, cristianas y de medio oriente, además de la extinta y malograda raza pura indÃgena interrumpida en su progreso, dándonos un linaje único como nuevos hombres en una nueva dimensión. Los que aseguren que éste acto de eterna sabidurÃa de la madre naturaleza no posee fundamentos, estarán negando la misma evolución del hombre y serán considerados enemigos de la Nación, poniéndose aún en el mismo lugar que los primates que iniciaron la cadena del ser humano hasta el super-hombre.
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