My rocks... my past... my entire life!

LOS21TRACKS
MOVE YOUR HEAD
MOVE YOUR HEAD TELEVISION
Dios es el único rey que para reinar no tuvo ni siquiera la necesidad de existir.
Charles Pierre Baudelaire, el poeta maldito
(1821-1867)
THE PRODIGY-OMEN
Now!
The writtings on a wall
I wont go away
Its an Omen
You just run out of automation
Carlos Castaneda
Todos nuestros prójimos son los brujos malignos. Y como andas revuelto con ellos, también tú eres un brujo maligno. Piensa un momento. ¿Puedes desviarte de la senda que te han trazado? No. Tus ideas y tus acciones están fijadas para siempre en sus términos. Eso es esclavitud. Yo en cambio, te traje libertad. La libertad es muy cara, pero el precio no es imposible. Ten miedo a tus carceleros, a tus amos. No desperdicies tu tiempo y tu poder en temerme a mí.
Se escoge sólo una vez (...) Elegimos ser guerreros o ser hombres corrientes. No existe una segunda oportunidad. No sobre esta tierra.
El Payaso Pagliacci
En un pequeño pueblo, entra un hombre al consultorio de un Psiquiatra, y le dice:
“Doctor, constantemente estoy deprimido, la vida se me hace dura y cruel, siempre me siento solo en un mundo amenazador, y me dan miedo las incertidumbres del futuro.”
El doctor le dice:
“El tratamiento para lo que usted siente es sencillo, el circo acaba de llegar al pueblo, y en él viene el payaso “Pagliacci” el más divertido de el mundo, vaya a verlo y le aseguro que se sentirá mejor.”
El hombre se suelta llorando y le dice:
“Pero Doctor... ¡¡Yo soy Pagliacci!!”
Cuento popular dedicado a la memoria de Marcel Marceau (1923-2007)
Fotografia por Jack Mitchell
Friedrich Wilhelm Nietzsche
(1844-1900)
En nuestro planeta, las mejores cosas carecen de valor si no viene uno a ponerlas en escena.
La gente no entiende lo grande; es decir, lo creador. Sin embargo, se emociona con quienes ponen en escena y representan cosas grandes.
El mundo gira imperceptiblemente en torno a los inventores de valores nuevos. Sin embargo, la gente y la fama giran en torno de actores. El actor cuenta con un espíritu, no obstante la conciencia de su espíritu deja mucho que desear. Continuamente cree en aquello con que logra mejor hacer creer… ¡en él!(...)
*De las moscas en la plaza, extracto del libro "Asi hablaba Zaratustra"
Joseph Merrick, el hombre elefante
(1862-1890)
Es cierto que mi forma es muy extraña,
pero culparme por ello es culpar a Dios;
si yo pudiese crearme a mí mismo de nuevo
procuraría no fallar en complacerte.
Si yo pudiese alcanzar de polo a polo
o abarcar el océano con mis brazos,
pediría que se me midiese por mi alma,
porque la verdadera medida del hombre es su mente.