Mónica Gallardo

Mónica Gallardo es mucho más que uno de los 99 artistas que se dieron a conocer en "Operación Triunfo", mal llamados "triunfitos" y prejuzgados injustamente por haber participado en este concurso musical. Entre más de 21.000 aspirantes a concursantes y llenos de ilusión que se agolpaban en la cola estaba ella...Mónica. Había sido seleccionada para entrar en OT 2005, o lo que es lo mismo, la cuarta edición y la primera en Telecinco después del descanso del formato durante un año y del cambio de cadena y presentador.Pero antes de todo eso hay que hacer memoria...Sus primeros pinitos en el mundo de la música, cuando era todavía una niña, fueron en programas como "Veo veo". Después llegarían sus actuaciones adolescentes en bares de toda Asturias, Extremadura y Andalucía sobre todo donde pudiera mostrar su talento innato. Al igual que otros muchos artistas ex-concursantes de realities musicales ella llevaba muchos años aprendiendo música, mejorando sus técnicas de canto recibiendo clases en su tierra. Más tarde llegaría la etapa en la Orquesta "Tatuaje" donde recorrería muchos km actuando en ferias y fiestas locales. Luego logró entrar a una especie de OT asturiano: "Rumbo a la Fama", patrocinado por el ayuntamiento de Oviedo en el cual consiguió ser finalista a los 18 años de edad y ganarse participar en una gira con los demás finalistas del concurso tocando en las fiestas de San Mateo de Oviedo o en la FIDMA de Gijón por ejemplo entre otros lugares del Principado.También quedaba atrás su incursión en otros ámbitos del arte y el espectáculo como la moda o presentar un programa de televisión en una cadena local: "Bravo Asturianísimo".Mónica llevaba toda una vida luchando por hacerse un hueco en este complicado mundo de la música y nunca había dejado de ilusionarse, de esforzarse por ser escuchada, de soñar, de llenar escenarios, de emocionar al público con su voz y sus canciones...También, al igual que otros muchos buenos artistas de nuestro país, decidió un buen día grabar sus propias temas, ya que ella compone además de interpretar, y costearse su maqueta; coger las maletas e irse hasta Madrid llamando de puerta en puerta en cada una de las discográficas ofreciendo su talento, su voz, sus letras, su arte...es don innato que tiene. La respuesta fue que todos le cerraban las puertas sin tan siquiera escucharla alegando que el mundo de la canción está saturado y porque las discográficas prefieren a artistas consagrados que saquen lo que saquen venden y tienen el éxito asegurado y no arriesgan y desde aquí, en mi opinión personal, quien no arriesga no gana y Mónica era algo nuevo, algo fresco que podría haber sorprendido aquella vez a propios y extraños pero no pudo ser...Poco importaba que Mónica contase con una voz potente, versátil, elegante y personal, que compusiese melodías y letras cargadas de emotividad y sensibilidad, que fuese capaz de cantar con la misma solvencia una buena balada que el flamenco más arraigado (y no olvidemos que Mónica es asturiana, aunque se haya curtido también actuando en varias ocasiones por el sur del país) y que fuera capaz de ser una trabajadora nata, de trabajar, ensayar y prepararse adecuadamente por encima de cualquier otra actividad. Ella era una verdadera cantante que valía para ello, pero nadie pensaba escucharla.Un día como otro cualquiera, Mónica se decidió a pedir una nueva oportunidad. Viajó de nuevo a Madrid para presentarse al casting de la cuarta edición de Operación Triunfo y cuál sería su sorpresa cuando le comunicaron que había superado las dos primeras fases y que debería volver poco tiempo después para los casting finales. La ilusión y la esperanza desbordaban su rostro pero ella no podía confiarse y seguía siendo comedida, currando y trabajando pasito a pasito, como siempre, aunque no consiguiese los logros que llevaba toda una vida mereciendo. No dejó en ningún momento de tocar donde podía, de cantar y demostrar su valía, hasta que llegaron los casting finales de OT y superó todas las cribas. Ahí estaba. Era la primera asturiana en superar el duro casting de Operación Triunfo (y hasta ahora la única asturiana de las 6 ediciones que llevamos) y no estaba allí por casualidad, no se levantó un día de la cama pensando "hoy he decidido ser cantante, me voy a presentar a OT", no. Llevaba toda su vida dedicada a aprender, a mejorar y a buscar una oportunidad. Ahora que su sueño empezaba a cumplirse, sólo necesitaba que confiaran en ella, que no prejuzgaran su talento por participar en un programa en el que la han dado la oportunidad que siempre ha estado buscando. Ella vale, ella se lo merece.