KONPLOT

Todo comenzó en verano de 2003 cuando 4 amigos: (Miguel, Jósean, Jortxu y Kortezo) decidieron hacer un grupo de música sin tener ni idea de lo dificil que era empezar en el mundo de la música. En verano de 2004 Miguel se compra una batería a precio de saldo, mientras, los demás seguían sin apenas dinero para poder permitirse comprar algún instrumento. En septiembre de 2005 Jósean se compra una guitarra eléctrica y el Korte un micro para poder empezar a cantar. Por otro lado; (Ramón, el Patas y el Poty) estaban formando un grupo y junto a ellos se unieron: (Miguel, Jósean y Kortezo) con la intención de mejorar lo hecho. Los seis intentaban concienciarse de lo que conlleva la formación. Empezaron ensayando en casa del Patas pero nunca tuvieron la oportunidad de crearlo los seis juntos. El 11 de marzo de 2006 el ayuntamiento les concede un local de ensayo. Emprendieron allí las ganas de ensayar y la motivación por seguir adelante, pero poco a poco se quedaron los que verdaderamente se interesaban por la música y no otros motivos. Durante el final de dicho año y principios de 2007, éste se disuelve completamente sin llegar a tener ninguna visión de futuro ni expectativa, todo ello ocasionado por algunas movidas personales entre algunos de sus componentes. Dejan definitivamente por entonces el conjunto: (Ramón, El Poty, Kortezo y el Patas) sin llegar a tocar algo en claro. En definitiva se queda solamente Miguel a la batería y Jósean a la guitarra. Pero tenían ganas y fuerzas para continuar, por lo que en ese instante se les unió Wenzal a la voz. Los tres estuvieron experimentando durante mucho tiempo versiones y sacando sus primeros temas con ambición de dar sus primeros pasos en un escenario. Fue en esta ocasión, cuando entro Leki (ex-reivindicados) como bajista, y a las pocas semanas de la incorporación de éste, llega a formar parte Luismi (ex-reivindicados) como apoyo a la guitarra. A partir de ese instante Konplot, tiene una formación sólida después de haber pasado por momentos pésimos a nivel de grupo y entre sus componentes. Ellos, mantienen un sujeto en común: la energía de expresión y la música. Cada uno con su estilo y personalidad, pero siempre plasmando sus ideas, con fuerza para denunciar lo que la gente no quiere escuchar y lo que otros grupos no quieren decir por miedo a las represalias que puedan sufrir. Aportando el trozo que falta para hacer una sociedad más coherente y menos hipócrita.