Cómplices de los sugestivos textos de Baudelaire, Verlaine, Apollinaire y del onÃrico estilo pictórico de la época, los compositores franceses de principio del siglo XX nos transportan a universos sensuales y aéreos.
Escenas mÃnimas hechas de emociones inasibles y alusiones simbólicas.Pintan el crepusculo con sus contornos difusos y sus sonidos lejanos; la nostalgia de una mirada, del amor fugaz; la extática contemplación de la naturaleza, el picaro deambular de personajes mitológicos, el irresistible encanto de la poesÃa urbana...Sentimientos sin énfasis, puro color, pura belleza, dejando en el alma la embriaguez.Clair de lune
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