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Solo sabemos ke si llueve, llueve. La experiencia es la unica llave ke abre las puertas; como hacer lo justo según lo vivido?Porke la vida engaña. De tal suerte ke tus vivencias son las válidas, son las únicas si has sentido la lluvia mojar tu estómago de hambre. El hambre, ke sensación de consciencia... Como la lluvia; porke si llueve, llueve; con lo cual hay ke komer y despertar después para hacer lo justo; y no es comer hacer lo justo? Parece ke el cuchillo y el tenedor solo sirven para unos pocos. Ya no existen los principios ke reniegan de la naturaleza del hombre (democracia, evolución, amor, respeto) y que, sin embargo, mueven a la humanidad. Solo se venden, por capítulos, etiketados, dándosele más importancia a la forma ke al fondo. Del estado natural, del ke somos cuando comemos y nos mojamos con la lluvia, hay poca distancia hasta nuestros pensamientos hoy en dia- trastocadas las verdades pero no el origen de ellas-. Pero el estómago kiere más y más; apoyado en la normalidad del inconsciente huye de sus instintos y los adormece porke son ínfimos a su parecer. Intenta zafarse de la llamada natural, la aborrece para, supuestamente, elevarse y comprender lo justo, sea lo ke sea en ese instante. Primero engullir, luego vociferar. Y el mismo estómago, ke ya no siente llover en su interior, inventa lo justo, crea el camino común, o el individual, pero no sabe en ke dirección construirlo porke se le ha olvidado, lleno de tripas y bazofia, preguntar en qué consiste. y se ekivoka. Porke al no sentir la lluvia el camino ke ha creado se tuerce y no conduce a ningún final. Siempre acaba en el origen: el hambre, lo justo. Cuando comer sea lo justo, descubriremos el camino.