Ciro del barco, 28 años de edad, nacionalidad mexicana, transplantado tempranamente a la ciudad de Córdoba, Argentina de donde eran sus padres exiliados. Siempre interesado por las expresiones artÃsticas, decide al terminar el secundario, estudiar filosofÃa como modo de encaminarse hacia las artes. De algún modo no se conforma con pensar que el arte, o algo de lo que llamamos como tal, no pueda ser filosofÃa, o al revés. Más bien descree de la división rÃgida de disciplinas que heredamos. Siente que el pensamiento no alcanza para comprender lo abismal del estar siendo. Paralelamente al estudio que realiza de la historia de las ideas, emite pequeños signos, marcas efÃmeras, sin importancia, por aquà y por allá. Hace algunos dibujos, saca algunas fotos, y se compenetra con la quÃmica del laboratorio blanco y negro, capturando reflejos en haluros de plata. Pero también le fascina el movimiento de la imagen cuando se escurre en el devenir de la conciencia. La historia filosófica de la imagen lo perturba y lo confunde, sensaciones que lo terminan de atraer hacia sus sinuosos caminos: siente que la multiplicidad de sentidos que anima al fantasma de la imagen atraviesa la humanidad de manera constituyente, y que es necesario aunque imposible desentrelazar el significado de esa importancia. Por ello deambula en el laberinto de espejos buscando rastros. Siente la necesidad de experimentar con cine, pero el magnetismo del video lo succiona hacia la imagen electrónica de video, a partir de la cual comienza a filmar y explorar diferentes tiempos, reales y diferidos. Se cuestiona las estructuras lineales argumentativas, la imagen se le desboca y desemboca momentáneamente instalando videos junto a objetos, pensando algunas relaciones. Trabaja con la generación y manipulación de imágenes de todo tipo, intentando sentir la textura de la imagen, del tiempo, teletransportándose en él a través de extensas y efÃmeras sesiones nocturnas, horas en las que el video, maquina del tiempo-luz, despierta. Vorágine de la conciencia: relatos, citas, conjuros convocantes, llamada de fantasmas, vivisecciones y autopsias de momentos históricos muertos. Repetición rÃtmica como mantra. Rodeos para llegar a pequeños momentos. Actualmente continúa sumergido en el sueño del genio maligno que domina los sentidos. Vive de hacer danzar marionetas de luz. O algo asÃ…