Sensible como la dermis, pero con aires de la Dietrich más fatal y implacable como la peor loba Ilsa en plena vorágine punitiva.
Ajena y inmune a la palabrerÃa popular, la misma que desecha lo fetiche y ampara lo soez y mundano. Lo comúnmente establecido me hastÃa y suele resbalar por mi tersa y banquecina piel para acabar bajo mis finos y afilados tacones.
Corren tiempos de sequÃa creativa, abunda el peor de los mimetismos y clonarse es tarea caprichosa y demasiado usual… Mal me pese, languidecer se han convertido en deporte nacional y emulando a mejor Houdini, la gente canjea con suma facilidad lo bello por estilos efÃmeros de primer nivel. Ante este panorama, salir del ostracismo era paso obligado.
Intento plasmar la controversia y enfatizar lo prohibido. La oscuridad es tan bella y necesaria como la cegadora luz celestial y el dolor tan vital y necesario como el placer más deseado.
Fiel seguidora del poder estético de aquello que la gente tiende a odiar. Lo que ha mucha gente harÃa amedrentar, a mi me magnetiza sin remedio. Nadie duda que la Gestapo fue el peor de los castigos, pero nunca a nadie le quedó tan bien el cuero noir.
El látex, mi segunda piel y la fusta el cetro más anhelado y es que queridos vástagos: desde un buen tacón el mundo se ve mejor, mucho mejor…
BabyDark by Ramón Maiden
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