La guitarra llegó a mà en manos de un tÃo paterno, y la trova a bordo de un casette en manos de un tÃo postizo; las ganas de hacer canciones nacieron en los labios de una novia jamás besada, y, desde entonces (hace 8 años) han ido regenarándose.
Con el tiempo descubrà que la música es vida y que la poesÃa es un modo de vivirla. Comprendà desilusionado que la mala música da "buena vida" (vida de pobres ricos), que la mala poesÃa no existe (ésa no es poesÃa), y que además ambas se venden tan por montones que sobra de dónde escoger.
Mi elección fue tomar un camino distinto y me topé con multitud de ingenios que lo han hecho: Creer en el arte por sà mismo, y buscarlo, conciente de que siempre estará lejos, muy lejos. Coincibo a las canciones como bondadosos presentes que se nos otorgan para no menguar la fé; asà la búsqueda se ilumina.
No sé cuánto tengo recorrido ni cuánto me falte por recorrer, pero he aquà el fruto de mis modestas intenciones.
-El Ado S.-
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