La bici de Juan

Generador LED para MySpace - JoomblyLA BICI DE JUAN es de segunda mano. Juan la compró en la ciudad de Ámsterdam, aconsejado por un peculiar individuo que fue despedido a puntapiés de la cocina de un grasiento Fast-Food por estar tocando la batería con unas ollas, cazuelas y platos que él mismo debiera haber fregado un par de horas antes. Cuando llegó el momento de partir, Juan y su bici emprendieron el viaje de regreso a sus coordenadas planetarias y la bici se llenó de polvo y de olvido en un garaje que olía a pollo asado la mayor parte del año. Una tarde aburrida de noviembre, cansada de tanto pollo, polvo y olvido, la Bici decidió darse un paseo y probar la vida bohemia. Y así es como alcanzó a escuchar la conversación de dos seres atormentados en la puerta de un supermercado. Sergi y Joan discutían el sobre orden de las cosas: Lennon y McCartney o McCartney y Lennon. Parecían no ponerse de acuerdo así que la Bici decidió mediar y propuso buscar a Ringo para que éste les ayudara a resolver el dilema. Desgraciadamente Ringo no recordaba nada sobre John y Paul, y antes de que pudieran ponerle al día, se fue a toda prisa montado en su submarino gritando “George!, era George!”. Una joven profesora de música que había estado observando la entrañable situación, les dijo a todos cantando con una voz hipnótica: -la respuesta la encontraremos en el largo y tortuoso camino…- así que Judith se subió con los demás en la Bici y ésta reanudó su marcha hacia ningún lugar. Por una de esas maravillosas casualidades que aleatoriamente ofrece la vida loca, La Bici de Juan, los dos seres extraños del supermercado y la profesora de música, se cruzaron con el señor que había sido despedido del Fast-Food. Éste, muy contento con su nuevo trabajo, corría a enseñarle a su amada un conjunto muy variopinto de artilugios parecidos a los de la cocina, con los que por fin podría hacer todo el ruido que quisiera en sus ratos libres. Rápidamente, la alegría de Jordi, el señor de las ollas, se contagió a quines la presenciaban y todo el grupo se montó en la Bici en busca de Ruth, quién no dudó en unirse al delirio ultravioleta colectivo vistiendo con terciopelo las canciones que describen los lugares y experiencias que consiguen conmover la retina caleidoscópica de la bici. En el año 2008 La Bici de Juan inicia un paseo hacia ningún lugar, sin otra convicción que la de ir dejando cancioncillas por el camino para así poder regresar a casa cuando sus pasajeros crean haber encontrado lo que creen estar buscando...