sino también del más bravo adversario de todos:
el interno.
Richardo “Sugus†Label apresenta…
Don Golosina
en:
“Los Famosos Capitales Golosinaâ€
Con derecho, V.E. exigirá de mà una explicación sobre esto de los Capitales Golosina. Y la tendrá.
Los Capitales Golosina, a diferencia de los Golondrina (los cuales, una vez “hecho el veranitoâ€, emigran a mejor clima), han venido para quedarse. Y representan todo esfuerzo dirigido a la consecución de obra tan carente de lógica (¿acaso no es de semejante consistencia la vida misma?) como indispensable para el hambre humana: la golosina.
Ese elemento que endulza nuestros ratos, afelpa nuestra saliva y adula nuestra boca, nos libera de todo claustro. Se dirá que uno se aliena o se distrae, pero quien lo saborea está “solo, pero no ausente / absorto pero no distanteâ€. A decir verdad, la golosina no es otra cosa que un abrazo confiado al universo.
Si bien inutilidad (indispensable), sincerémosnos… ¿quién no habrá malentendido alguna vez el lugar en este mundo de la golosina y, habiéndose llenado en hora inoportuna, logrado asà desperdiciar las nutritivas bondades de un almuerzo o cena materna?
Tampoco es cuestión de ser zonzos y no ver la complejidad del asunto: bien que un chocolate puede ser alimento, y, perlado de ensaladas exóticas, un asado puede convertirse en evento cuasi-poético.
De todos modos, acaso sólo la golosina represente con inigualable pureza la naturaleza rebelde del hombre, hermosa naturaleza que nos sale al paso a cada momento y contra viento y marea; contra buenos y malos; en la paz y en la guerra; a diestra y siniestra; en la abundancia y en la pobreza.Y sirva de apoyo a esta argumentación un ejemplo práctico: la aventura tortuosa de chupar un caramelo duro hasta el final.