Las primeras cintas que tuve fueron de Serrat (Cada loco con su tema) y de Tequila. Recuerdo cantarlas de memoria montado en los columpios del barrio. Esas músicas en la mente de aquel niño, hizo que en adelante me fijara en las letras y en el sonido de guitarra. Desde ahà hasta el último disco de Tom Petty que he comprado han transcurrido muchas horas pegado a casettes, vinilos y discos.
Mi acercamiento a la guitarra fue repentino. Desde niño vi la imagen de una guitarra dormida sobre un armario, que era tomada por algún pariente "mayor" en momentos de broma. Allá por el año 87 se empezaron a dar clases de guitarra los sábados a la mañana en el barrio. Aquellas primeras sesiones cambiaron por completo la forma de ver aquel instrumento. Pasó de ser un objeto de broma a formar parte de mÃ, de mis viajes, de mis mudanzas.En el 92 una lesión de rodilla y la lenta recuperación hizo que dedicara más tiempo a la música y menos al fútbol (a que os suena de algo esta historia de futbolista lesionado y canciones...). Los sábados a la tarde eran el mejor momento para escribirlas y junto a la ventana de mi cuarto, mirando el barrio, desgrané los primeros temas que me engancharon definitivamente a la música.
Desde esa época vivo atrapado en un verso. Esta adicción me ha obligado a llevar siempre en mi bolsillo una libreta y un boli. Durante estos años son muchas las canciones que me han acompañado. Una pequeña muestra se encuentra en el disco autoproducido titulado "Momentos de Pop-esÃa".
