Voy a cantar para vosotros, desentonando un poco tal vez, pero voy a cantar. Para cantar, primero hay que abrir la boca. Hay que tener dos pulmones y saber un poco de música. No es necesario tener acordeón ni guitarra. Lo esencial es querer cantar. AsÃ, pues, esto es una canción. Estoy cantando.
Canto para vosotros. Quisiera cantar mejor, más melodioso, pero entonces quizá no hubieseis accedido nunca a escucharme. Habeis oÃdo cantar a los otros y os han dejado frios. Sus canciones eran demasiado bellas o no lo bastante bellas.
Estamos a veintantos de Octubre. Ya no llevo la cuenta de los dÃas.¿DirÃais acaso: mi sueño del 4 de febrero pasado? Hay intervalos, pero intercalados entre sueños, y no queda conciencia de ellos. El mundo que me rodea está desintegrándose y deja aquà y allá lunares de tiempo. El mundo es un cáncer que se devora a si mismo. Estoy pensando en que, cuando el gran silencio descienda sobre todo y por doquier, la música triunfará por fin. Cuando todo vuelva a retirarse a la matriz del tiempo, reinará el caos de nuevo, y el caos es la partitura en que se escribe la realidad. Vosotros, sois mi caos. Por eso canto.