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El Trauco

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El Trauco, también conocido como Chauco, Huelli, Huelle, Pompón del Monte o Cusme, es una criatura con características de íncubo y de duende presente en la mitología chilota y, dentro de esta mitología, uno de sus personajes más importantes.Se presume que esta leyenda es una mezcla de las creencias indígenas en los seres del bosque, similares a los duendes europeos, y las leyendas sobre duendes que los colonos gallegos introdujeron en la isla.
El Trauco es una criatura con el aspecto de un hombre de facciones desagradables, de baja estatura, entre 65 y 90 cm; y sus piernas tienen sólo muñones donde deberían estar los pies. El Trauco se pasea por los bosques del sur de Chile, con un bastón retorcido llamado Pahueldún; y además portaría una pequeña hacha de piedra, con la cual sería capaz de cortar cualquier árbol con solo tres golpes. Se viste con un sombrero cónico que al igual que el resto de su ropa está hecho de quilineja, una planta trepadora.
Es el espíritu del amor fecundo, creador de la nueva vida, padre de los hijos naturales. Habita en los bosques cercanos a las casas chilotas. Para las muchachas solteras, constituye una incógnita que les preocupa y las inquieta. Según opinión de unas, se trata de un horrible y pequeño monstruo, que espanta y de cuya presencia hay que privarse, a toda costa. Otras opinan distinto y manifiestan, que si bien es feo, no es tan desagradable, sino, muy por el contrario, atractivo... Otras en lucha tenaz y permanente, dicen haberlo eliminado de sus pensamientos, en los que alguna vez vibró quemando sus entrañas...
Las madres toman todas las precauciones, para evitar que sus hijas, ya “solteras”, viajen solas al monte, en busca de leña o de hojas de “radal”, para el “caedizo” de las ovejas, ues generalmente es en el curso de estas faenas, cuando “agarra”, o con más propiedad “sopla”, con su “pahueldún”, a las niñas solitarias, pero nunca si van acompañadas, aún de sus hermanitos menores Los habitantes de Chiloé cuentan en sus leyendas que esta criatura posee una fuerza descomunal. Su origen es incierto, aunque se dice que sería un hijo bastardo de la serpiente mítica Caicai, nacido de la unión de la rabia que sintió esta serpiente hacia los seres humanos, y de la ingratitud que muchos hombres tienen hacia el mar, por todo lo que nos ofrece. Por ello el Trauco habría nacido sin pies y no sabría nadar. El Trauco vive junto a su esposa llamada la Fiura quien también es su hija, la cual nació de una relación que tuvo el Trauco con la Condená. Con la Fiura tendría varios hijos, que tienen las mismas características del trauco si son machos, y de la fiura si son hembras; los cuales conservan los mismos nombres de sus padres.
Esta criatura viviría junto a su mujer en los troncos huecos de los árboles o en pequeñas cavernas; y sólo se alimenta de naranjitas, los frutos de la quilineja.
El Trauco se caracteriza por engañar a la Fiura frecuentemente, al salir a buscar doncellas solitarias; las que atrae con su poder, especialmente si son vírgenes. Por ello se dice que el Trauco es un ente errante que vaga en los bosques buscando jovencitas vírgenes, y las esperaría colgado de la rama de tique; para no ser descubierto. Si la joven esta caminando sola y se encuentra a la vista del Trauco, este mediante el uso de su hacha derribaría algunos árboles, para que la muchacha producto del susto se desoriente para pillarla desprevenida; y así mediante su mirada lograr paralizarlas. Luego con el uso de su Pahueldún, le soplaría suavemente su aliento; con lo cual la muchacha a pesar de su apariencia, se enamoraría perdidamente del Trauco. Ya hechizada la muchacha, esta lo seguiría al interior del bosque para tener relaciones con él. Producto de las caricias del Trauco, se dice que muchas veces las mujeres terminarían con heridas en su cuerpo, en especial en la cara.
El Trauco igualmente cuando esta interesado en una mujer, pero no puede tomarla, ya que como precaución esta nunca sale sola al bosque; el Trauco actuaría primeramente comunicando su presencia a la muchacha, al depositar sus excrementos amarillos frente a la puerta de su casa. Posteriormente anunciaría su visita a la casa la joven, enviándole sueños libidinosos; en el cual se transformaría en un joven apuesto para convencerla mágicamente. Si la familia de la muchacha se da cuenta de estos hechos, deben tomar precauciones, ya que el Trauco podría entrar furtivamente a la casa transformado en un manojo de quilineja junto al resto de las ramas, carbón o leña usada en la casa; de esta forma esperaría la noche para tomar a su víctima.
El Trauco no actuaría frente a testigos, y por ello esta siempre alerta. Pero si alguien molesta al Trauco, y no es una mujer; es capaz de matarlo mediante el uso de su mirada, o quebrándole los huesos. Igualmente mediante su mágico aliento se dice que puede torcerle la boca, dejarlo jorobado, atontado, mudo, y lo condena a morir en poco tiempo.
En algunas zonas de Chiloé, es costumbre de las madres cuando sospechan la presencia de este ser maligno, dejar sobre la mesa al acostarse un puñado de arena seca. Como el perverso personaje se siente atraído a contar los granos de arena, se olvida de las muchachas; y con las primeras luces del alba desaparece por temor a ser sorprendido por muchas personas. Otra forma de alejar al Trauco sería colocar excremento en el cuerpo de la mujer, esto ya que el trauco es muy limpio en relación a todo lo que toca; así que cuando ve cosas sucias se aleja y ya no codicia a su enamorada. También puede ser alejado mediante la quema de sus excrementos, pero hay que tener cuidado ya que sus excrementos si se pisan o tocan ocacionarían al poco tiempo la muerte de las personas. El hombre si es sorprendido por el Trauco, y si tiene suerte y una pequeña posibilidad de actuar; debe dar golpes o azotes al Pahueldún del Trauco, ya que esto afectaría intensamente a este ser. Así, el hombre puede tener una oportunidad de escapar; y si el hombre es más atrevido y el Trauco que quiso atacarlo es uno de los hijos del Trauco original, puede tener la posibilidad de atrapar a este Trauco y colgarlo sobre un fogón; donde se convierte en un palo que destila cierto aceite mágico y de esta forma lograr matarlo. Este aceite sería un remedio de excelentes resultados que debe ser frotado en las víctimas de los maleficios del Trauco.
Producto de la conducta que el Trauco presentaría en la leyenda, es así como en la sociedad de Chiloé, cuando una joven se embarazaba y no se sabía quién era el padre de la criatura; para cubrir la deshonra de sus hijas, se solía atribuir este acto al Trauco.
El embarazo y el nacimiento del hijo, al ser atribuido al Trauco, no sería un hecho que afectaría socialmente a la madre ni al niño; ya que de esta forma se haría creer que ambos estarían relacionados con la magia de un ser extraterreno, y por ello protegidos.
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