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:::::::::::En esta oportunidad les entrego gracias a www.Rockaxis.com el Review del Concierto que nos entregaron Black Label Society, Korn y Ozzy Osbourne en la Pista Atletica del Estadio Nacional... MONSTER OF ROCK.Black Label Society, Korn y Ozzy Osbourne
Pista Atlética del Estadio Nacional
Martes 1 de abril de 2008Con el sensacional show de Iron Maiden aún fresco en la retina, ahora era el turno de otra leyenda dorada de convocar a miles de hijos de alma negra en la Pista Atlética del Estadio Nacional. La cita se presentaba imperdible, pues tras 13 años de su primera e inolvidable presentación en Chile, John Michael “Ozzy†Osbourne volvÃa al paÃs y esta vez con el poderoso Zakk Wylde a su lado, gran ausente en su primera visita. Pero el “PrÃncipe de la tinieblas†no venÃa solo y sus consortes Black Label Society y Korn, también prometÃan potentes shows de lacerante metal, cada uno a su manera, para darle forma a la quinta versión del festival Monsters of Rock, que de inmediato destacó por un aspecto vital: la excelente calidad de sonido de cada una de las bandas; cada show sonó impecable, sin fallas, como siempre debiera ser.Hará cosa de dos años atrás, Black Label Society habÃa estado a punto de hacer una gira sudamericana, pero a último minuto algo pasó y todo se fue al garete. Por ello ahora, este era el esperado debut del combo de Zakk Wylde, “The quartet of doom†como lo podrÃamos llamar por la electrizante intensidad que despliega Wylde junto a sus compañeros Nick Catanese en guitarra rÃtmica, John DeServio en bajo y el contundente Craig Nunenmacher en baterÃa. Rodeados por dos murallas de amplificadores de bajo y guitarra, el brutal cuarteto es como una pandilla motoquera de los “Hell Angels†que llegan para destrozar el bar a punta de guitarras y es una lástima que cuando arrancó el show de BLS, el público recién venÃa llegando y el recinto estaba a media capacidad, quizás ello influyó un poco en el impacto del show, porque este grupo es para verlo en un lugar más chico y cerrado tal como se aprecia en el DVD “Boozed, Broozed and Broken-Boned†(2003), donde hasta las murallas parecen crujir.Como sea, Zakk Wylde y su banda se mandaron un pedazo de show, con Wylde reencarnándose en la legendaria figura de Randy Rhoads (QEPD), sobre todo cuando sacó esa guitarra modelo Flyng-V negra con lunares blancos igualita a la que usaba el maestro Rhoads. La performance de Wylde fue impresionante, digitando las cuerdas con una pulcritud superlativa, dejando hechizados a todos los presentes con su técnica que era mostrada con lujo de detalles en las pantallas gigantes a los costados del escenario.Quizás los temas de BLS sean algo repetitivos en estructura, pero es innegable que esta banda representa el epÃtome del heavy metal más purista y tradicional, tal como lo es el acero británico de Judas Priest o la devoción casi religiosa y evangelizadora del true metal de Manowar. Repasando temas de su ya extensa discografÃa (nueve discos en nueve años de trayectoria), BLS se despidió con una potentÃsima versión de ‘Stillborn’ de su aclamado “The Blessed Hellride†(2003), cerrando un show memorable que esperamos que se repita en el futuro, pero esta vez en un lugar más pequeño e Ãntimo para disfrutar a cabalidad de toda su brutal potencia.Aunque el show de Korn quiso ser opacado por la gran mayorÃa del público que estaba ahà para ver a Ozzy, el tridente formado por Jonathan Davis, Fieldy y Munky encendió los ánimos de sus fans apenas sonaron los primeros indicios de la intro de "Untitled" y con el corte ‘Right Now’, de su disco “Take a Look in the Mirrorâ€, a eso de las ocho de la noche. De sagrado negro, tal como toda la audiencia de la Pista Atlética, los californianos mostraron contundentemente por qué Korn es una de las bandas más importantes de los últimos diez años, en base de la acelerada energÃa que expelieron cada uno de los 14 temas que interpretaron en el suelo nacional.Ya para la segunda canción de su repertorio, la conocidÃsima ‘A.D.I.D.A.S’, sus seguidores respondieron fervorosamente al llamado de “all day I dream about sexâ€, dejando en claro que las pasiones que despiertan en la audiencia son de amor u odio: mientras unos saltaban y gritaban de modo muy entusiasta, siguiéndole el paso al inspirado vocalista de Korn, otros gritaban por la venida de Ozzy, el número que atraÃa mayor expectación tras más de una década de su primer concierto en Chile. Pero nada de eso parecÃa importarle al grupo iniciador del nu metal.Otro de los factores que jugaron por completo a favor al grupo fue la solidez en las proporciones técnicas de sonido y de presentación. Por un lado, Fieldy, que a falta de carisma, hizo evidente que el sonido de su bajo es definitorio para el conjunto. Asà lo vimos en ‘Falling Away From Me’, donde añadió una gran suma de dramatismo disminuyendo los tonos de la canción y haciendo que dejara de sonar como un “gran éxito†y se transformara en una monstruosidad apropiada para una pelÃcula de horror. Por otra parte, su nuevo baterista, Ray Luzier, se lucÃa en los tambores, donde ni siquiera se extrañó la ausencia de Silveria.Y si seguimos hablando de performance, no dejó de llamar la atención la alocada figura del albino corista de Korn, que por momentos perdÃa el control en medio del jolgorio que se vivÃa sobre el escenario, subiéndose a los amplificadores y acercándose a Davis hacia el centro agitando su abundante cabellera como en las más pesadas canciones de metal. Y, por supuesto, el mismo vocalista tuvo su minuto feliz cuando se enfrentó solo a la audiencia tocando la gaita, su instrumento fetiche, luego de haberse dado el gusto de cantar ‘We Will Rock You’ de Queen en medio de ‘Coming Undone’.No contento con eso, tras los gritos que clamaban por la aparición de Ozzy sobre las tablas, Jonathan Davis dedicó a los fans de la “antigua escuela†el tema ‘Faget’, desprendido de su álbum debut de 1994, y, hacia el final de ‘Somebody Someone’, soltó sus improperios a los que querÃan a la banda fuera del escenario, cerrando su show con otro éxito, ‘Got the Life’, y con aquel tema con que abrieron su primer recital en Chile en el 2002, ‘Blind’, que calmaba los fuegos con la inconfundible guitarra de Munky (y quien además se lució en 'Hold On'), cuya categórica presencia se agradeció tras el breve receso que tuvo que tomarse a principios de año.En suma, y tal como lo habÃan anunciado, recorrieron cada uno de sus discos, desde “Korn†hasta “Untitledâ€, del cual se destacó el oscuro ‘Evolution’, que también fue coreado por sus admiradores, todo de una forma impecable y atronadora, donde nada faltó ni sobró, elaborando un show que jugó con los matices del teclado, las segundas voces y los sonidos de la tornamesa, pero también con la inconfundible potencia de la voz de Davis y de los instrumentos de todos sus colegas. De forma predecible, los juicios se dividieron en dos tal como con la disposición con que las personas asistieron al recinto: los que han seguido a la banda en cualquiera de sus etapas disfrutaron el show y se reencantaron con el grupo, mientras que los que nunca han gustado de la música del maÃz tampoco gustaron del espectáculo. De todas maneras, el número de fondo ameritaba una espera ansiosa, ya que el PrÃncipe de las Tinieblas se presentarÃa por segunda oportunidad –y lo más probable, por última vez- en Chile.Finalmente, el gran momento llegó. El “Padre del heavy metalâ€, el “Madman†o simplemente “Ozzy†como es conocido con cariño por el mundo entero, debÃa a entrar al escenario a calmar la ansiedad de las 20 mil personas que pedÃan su presencia a grito pelado. Tras el cambio de los equipos de rigor, una enorme pantalla jumbotrón de alta definición emergió al fondo del escenario para acoplarse a las dos pantallas laterales. De esta forma, la Pista Atlética se transformó un un gigantesco cine al aire libre por algunos minutos, donde pudimos ver unos divertidos videos de Ozzy parodiando series y pelÃculas como “Lostâ€, “Los Sopranoâ€, “Piratas del Caribe†y un montón más, siempre con ese humor agudo y deschavetado de Ozzy.Tras cartón y con unas cruces negras proyectadas sobre las pantallas, ‘O Fortuna’ la pieza introductoria de “Carmina Burana†el opus mágnum del genial compositor germano Carl Orff, el show arrancaba con una potente versión de ‘I don’t wanna stop’, primer single de su último álbum “Black Rain†(2007). Ozzy entró a la carrera con un cintillo en el pelo y lentes de sol, los que rápidamente se sacó y regaló al público. Se veÃa muy contento y activo y lo primero que llamó la atención es que su voz estaba en buena forma, mucho mejor que en la gira europea del año pasado, donde hizo varios shows con bronquitis.Lo cierto es que Ozzy nunca ha sido un vocalista técnico o virtuoso, lo suyo va por otro lado; ese magnetismo que irradia, ese ángel y carisma que tiene sobre el escenario, esa magia que produce cuando canta; eso es lo que lo ha convertido en uno de los frontman más reconocidos e idolatrados en la historia del metal. Y dejémoslo claro ahora, tener a Ozzy plenamente activo después de 40 años de trayectoria (el primer disco de Black Sabbath se editó en 1969), es un regalo extra, un bonus track para las nuevas generaciones que no habÃan tenido la posibilidad de ver en vivo a la leyenda, y por lo presenciado en su gran show, Ozzy tiene cuerda para rato.El himno por excelencia ‘Bark at the moon’ fue el segundo corte y el blondo Zakk Wylde que ahora lucÃa un sombrero negro, le puso los pelos de punta a todo el mundo con el tremendo solo de esta canción. Si BLS y Korn habÃan sonado impecables, lo de Ozzy era de otro mundo, con una potencia y definición impresionantes, lo que sumado a los espectaculares efectos visuales que proyectaban las pantallas, hacÃan de este show una producción de lujo, como para haber filmado el concierto en DVD. ‘Suicide solution’ en una versión más lenta y arrastrada, fue la siguiente para seguir con una emocionante ‘Mr. Crowley’, en una versión perfecta, con un feeling infinito y con un Zakk que realmente le rinde un tributo grandioso al legado de Randy Rhoads, incluso lanzo un beso al cielo, como dedicándole su interpretación a él.Ozzy siempre se ha rodeado de músicos de lujo, pero está claro que desde 1988 en adelante, con el único guitarrista con el que puede tocar a su lado es Zakk Wylde; es increÃble la quÃmica, el respeto y el cariño que se tienen; sin duda Zakk es como otro Randy para Ozzy, y mientras Zakk esté ahà a su lado, creo que podremos seguir teniendo a nuestro padre del heavy metal, aquà junto a nosotros, todos su hijos que hemos crecido escuchando esta música, por varios años más.'I’m not going away’ fue otro corte que sonó del nuevo álbum para dar paso a una sensacional versión de ‘War pigs’. Si Mike “Puffy†Bordin ya hacÃa una gran versión de este tema con Faith No More, al lado de Ozzy la toca con más alma incluso, muy bien acompañado por el sólido Blasko en bajo (ex Rob Zombie), y los soberbios teclados de Alan Wakeman, nada menos que el hijo del legendario Rick Wakeman (Yes). A punta de clásicos, Ozzy seguÃa demostrando su vigencia en un gran show que no daba respiro, con ‘Crazy train’ y una gran animación en 3D en las pantallas, que nos mostraba un infernal viaje en un tren lleno de cráneos y cadáveres, en el más puro Ozzy style.Acto seguido, Ozzy abandona el escenario y Zakk Wylde brinda la porción más vintage del show con un solo de guitarra de 15 minutos de duración (como si estuviéramos en un show de los 80’s), donde a pesar de lo extenso, la gente no se aburrió un segundo, viendo y escuchando (¡cómo sonaba esa guitarra!), todas las virguerÃas de Wylde sobre el diapasón. El regreso fue con ‘Iron man’ en otro gran momento sabbathico de la noche, para seguir con la balada ‘Road to nowhere’, una canción que gusta mucho en Estados Unidos y donde he visto a los gringos volverse locos con ella en el Ozzfest. Sin duda un buen tema del “No more tears†(1991), con un gran solo (otro más) de Zakk Wylde.‘I don’t know’ con una revitalizada sección de teclados por parte de Wakeman fue la siguiente, donde Ozzy se veÃa realmente feliz, como en toda la noche, disfrutando del show, hablando constantemente con la audiencia, haciendo bromas, y por supuesto, tirando agua a las primeras filas con su baldes; quizás no estuvo tan salvaje como 13 años atrás cuando vino por primera vez, pero sigue siendo ese “loco lindo†que encandila a la gente sobre el escenario, el único lugar en el mundo donde el gran Ozzy parece estar en paz con sus propios demonios.‘Here for you’ fue el tercer tema del nuevo disco que interpretó Ozzy, otra balada, pero esta en una vena muy Beatles que a Ozzy tanto le gusta y fue un momento realmente mágico, muy inspirado, con un Ozzy cantando realmente bien y toda la banda secundándolo con pasión. Una festiva ‘I don’t wanna change the world’ cerró el set regular, para luego de unos segundos de pausa, rematar con dos bises: ‘Mama I’m coming home’, otra balada que a todo el mundo le encanta y fue coreada por todo el estadio para rematar con ‘Paranoid’, uno de los primeros clásicos de Black Sabbath, que le puso un gran broche de oro a una noche memorable y que nos demostró que Ozzy sigue estando a la altura de su leyenda, ofreciéndonos un show tan bueno e inolvidable como aquel de 1995.Todo el mundo se fue feliz, comentando el gran show de Ozzy, en un año que estará plagado de grandes leyendas que nos visitan, como Helloween, Whitesnake, Megadeth y Queensrÿche, sobre todo la banda de Seattle que hará su debut en nuestro paÃs, nada menos que revisando en forma Ãntegra ese fenomenal “Operation: Mindcrime†(1988), en otro evento que promete ser absolutamente imperdible. ¡Tenemos rock en vivo para rato!Reportaje y Fotografias gracias a www.rockaxis.com