Cosas han pasado, o no, porque ya sabemos que los sueños sueños son y quizás estemos viviendo en la soledad más absoluta, "entre el gentÃo", algo de eso. Lo suyo pues, voluntariamente o sin quererlo, va a ser "no dejar de soñar". La única costumbre y afición en la que recordemos haber sido constantes, me pregunto si a todos les pasará lo mismo, por cierto, la recomendamos, su contenido es diverso. Desde sueños impolutos ocasionalmente excepcionales, somnolencias fugaces poco antes del canto del gallo o la mayoria de las veces menos afortunadas y desasosiego, quimeras gastadas, ilusiones ilusorias ilusionadas por la desilusión nos carcomerán a nosotros, a los que vendrán después y posiblemente también a ti, que también como a todos te costará adivinar lo "que vas a hacer" con un montón de sueños de segunda mano, gastados y difuminados que aunque intransigentes en momentos acabarán por perderse en la noche de los tiempos.
De momento nosotros tomamos "un camino" a ninguna parte, en definitiva "sin rumbo" alguno. Seguramente porque las ansias de "querer y no poder" realizar todas nuestras ilusiones en la vigilia, se nos presentan fugitivas en un momento de calma "just abans d'anar a dormir".
Pero evidentemente, entre marañas nocturnas y esquirlas de momentos vividos no encontramos el camino, pero lo construimos, eso sÃ, "oscuro y prohibido", porque la oscuridad aterra pero también inspira, y lo prohibido no es solo subversivo, también estimulante.
Dicho lo cual no pretendemos herir a nadie con unas pobres lÃneas escritas en un afiche de papel, ni siquiera a los "viejos basardos" que exhalan las almas de todos nosotros, ellos se las verán con la parca, porque la sentencia del tiempo es inexpugnable, desde luego nosotros no nos gasteremos la plata en flores. A nosotros nos basta menos para vivir el tiempo y nos dejaremos llevar, ¿dónde?, "on digue el vent", en momentos álgidos a las cumbres más borrascosas y escarpadas, en momentos de claridad y bajas presiones a los desiertos más áridos, pero sin dejaros y sin que nos dejéis indiferentes.
Ya lo veis, nosotros logramos romper "la barrera" del silencio, tal vez porque tenÃamos cosas que decir o simplemente porque nuestra ignorancia no nos permitió conservar la máxima expresión de sabidurÃa que existe, el silencio.
Y tu, ¿cogerás paraguas para la "borrasca"?