A finales de la década de los 70’ en España la forma de acceder a los videojuegos era muy distinta a la actual, las maquinas recreativas o maquinitas instaladas en casi todos los bares, junto con las de las salas recreativas o billares donde compartían espacio con flipers, futbolines y mesas de billar, fueron nuestro primer acceso a los videojuegos. Era algo casi mágico ver como se movían objetos en la pantalla acompañados de rítmicos sonidos y melodías electrónicas que alimentaban nuestra excitación. La metamorfosis estaba en marcha, habíamos pasado de las chapas, las bolas, los cromos y el churro media manga o mangotero, (que quebró más de una espalda) a jugar con juegos electrónicos no sin antes haber introducido una moneda de 5 duros (25 Pesetas) en la ranura correspondiente. Muchas pagas de fin de semana acabaron en el cajón metálico de las maquinitas.
Marcianitos, jugar a los marcianitos, matar marcianitos, etc.… son expresiones que todavía hoy en día se utilizan para referirse a jugar con un videojuego y el origen lo encontramos en el genial Space Invaders, donde veías como inexorablemente aquellos marcianitos ganaban terreno y al final, después de consumir tus tres vidas de rigor, mas la vida extra aparecía en pantalla la maldita frase que acababa con la diversión GAME OVER, seguida del INSERT COIN que te invitaba a gastarte otros 5 duros, todo ello en una pantalla monocroma con una lamina transparente con tres bandas de colores para crear el efecto de que tenían color, rudimentario pero efectivo.
Galaxian o Las moscas, Moon Cresta, Pacman o comecocos, Asteroides y otros títulos de empresas como Taito o Atari, forjaron una generación de video jugadores que todavía jugaban fuera de sus casas, en bares y salones recreativos.
El fenómeno de niño o no tan niño encerrado en su casa jugando a los marcianitos no comenzó hasta finales de los 80’ con la aparición de multitud de ordenadores, Amstrad, Spectrum, Amiga, Atari, Commodore 64, cada uno con su sistema operativo propio y absolutamente incompatibles entre sí.
En su primera época el periférico de almacenamiento principal era una chirriante cinta de casete (como los de música) que conectado al ordenador, con un poco de suerte y media hora de espera podias jugar y jugar sin tener que gastarte ni un duro. Era como hacerle un corte de mangas a la máquina de pago del bar y era una sensación estupenda…
Con tanto ordenador suelto, los llamados cursos de informatica donde te auguraban un futuro computerizado afloraban como champiñones y los reyes de los cursos de informática sin lugar a dudas fueron los cursos de BASIC, balón medicinal de muchos de los programadores de mi generación y su inicio en el arte programar.
En el año 1990 con más pelo que un león y 1 Kg de gomina (mi alopecia es producto de una sobredosis de Patrico, además, “Si el pelo fuese tan importante, estarÃa por dentro y no por fuera de la cabezaâ€), entré a formar parte de Delta Software, Juegos sin fronteras. Un veneno me impregnó hasta el día de hoy : Los videojuegos.
Vieron la luz unos cuantos juegos, sobre todo para Amstrad y Spectrum:
Los Inhumanos, Drakkar, Tuma 7, Sideral War, The Brick, Legend y otros que se quedaron en el tintero, Arancha Súper Tenis, El Lute, Alf, Tango y Cash, que yo recuerde.
El siguiente paso importante vino dado con la aparición de los primeros PC’s asequibles: el Amstrad 1640 y series posteriores marcaron por dónde irían los tiros, las primeras unidades no tenían disco duro y utilizaban unos discos flexibles de 5 ¼ pulgadas que fallaban bastante pero que te permitían almacenar casi un Mb de datos. Con esta cantidad de espacio ya cabían juegos más elaborados que junto a los 256 colores de la tarjeta grafica Hércules, CGA, VGA nos permitieron jugar de verdad.
Todavía tengo mi primer simulador de combate aéreo: el “X Retaliator” corría (y corre) bajo ms-dos y aunque no destaca por sus gráficos, si lo hace por su jugabilidad insuperable y la multitud de niveles y misiones.
El ms-dos y mi querido, añorado e incolgable Windows 3.11 trabajo en grupo me han acompañado muchos años, y me costó mucho pero mucho trabajo arrinconarlos, de tal forma que pasé de Windows 3.11 a Windows 98 del tirón, mi paso por Windows 95 fue inexistente.
Mi época de ms-dos con respecto a los juegos fue fantástica, los juegos alcanzaron una calidad inimaginable y cayó en mis manos el padre de todos los juegos en primera persona DOOM aunque en realidad el padre, padre fue Wolfenstein 3D lanzado un par de años antes. DOOM requería un 386 y 4 mb de RAM pero te garantizaba tiros y diversión a raudales.
Conectando varios ordenadores mediante rs-232 jugábamos en lo que ahora llamaríamos en red y claro en vez de matar a los malos o a los bichos, nos buscábamos unos a otros para fundirnos a tiros, je, je, je.
También podías crear niveles nuevos e introduciendo los códigos correctos disponer de todas las armas desde el primer momento, ahora mismo no me acuerdo de lo que he desayunado hoy pero me acuerdo de la palabra mágica de DOOM: idbehold la tengo grabada con fuego…
Evolución de los videojuegos
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De aquella época me queda el mejor de los recuerdos y lo tengo "archivado" como uno de los mejores momentos de mi vida. Por eso siempre he estado relacionado con el mundo de los videojuegos de alguna forma. Ahora estoy con la loca idea de iniciar la producción del primer juego...de "Distribución Gratuita" para grandes plataformas de ocio es decir PS, Wii y xBox. De momento es un proyecto y estoy en fase de documentación. Ya os informaré desde mi blog o boletines, porque os voy a necesitar...