La estética de la existencia

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Bio

El grupo “Los Royal Waffles” es un proyecto musical conformado por María Angélica Madero y David González Jiménez quienes descubrieron su afinidad sonora en la búsqueda del confort por medio del estudio de la investigación sico-acústica. Desde ese punto parte todo un desarrollo y una búsqueda estética donde se pretende procurar un sonido que no solo ambiente y acompañe sino que intervenga en el oyente de manera terapéutica. Sus estructuras melódicas hacen caso omiso al desarrollo temático de la melodía popular tradicional, y en vez de esto se aproximan al desarrollo sistemático de la música electrónica, repeticiones, pulsos, bucles, que pretenden alejarse de toda sensibilidad humana para acercarse al mero hecho musical matemático y maquinal eludiendo así cualquier aproximación a la retórica lírica. Se obvia el uso del texto y la voz solo juega un papel accesorio como un instrumento más, que no impone un discurso, sino que acompaña al mismo nivel al resto de los instrumentos del ensamble, esto con el fin de no cargar al oyente con pensamientos que lo harían eventualmente salir del estado de calma y dañarían por completo el objetivo terapéutico que buscan las piezas. Hay un claro intento de utilizar al espacio arquitectónico en las presentaciones como articulador de la estética formal de las piezas, el espacio entra a intervenir la obra amoldándola a sus caprichos, generando un estado de trance en los intérpretes en el que generan una resonancia con el material previamente compuesto, adaptándolo a las características de cada espacio en el que tocan, siempre teniendo como norte la acción terapéutica que la música pueda llegar a tener en cada oyente. Las repeticiones que por momentos perecieran eternas, pretenden distraer la atención de los oyentes, generando una especie de mantra en donde se pueda liberar la mente de cualquier referente, haciendo el momento de escucha apto para la relajación. Esta evidente aproximación a la música ambiental nos remite de inmediato a la música de la nueva era y nos revela así sus más íntimos objetivos. Bien podríamos juzgar esta tendencia musical de la manera que suele hacerse, como un producto de poca relevancia estética, música de ascensor, como suele denominarse a la música instrumental de este tipo. Hemos de escapar de este lugar común para adentrarnos en la riqueza y la complejidad que de las estructuras armónicas y de la interacción de estas con unas melodías que se apoyan en la repetición de pequeñas células melódicas para crear una estructura que en miniatura parece simple pero que apreciándolo en su totalidad nos revela una riqueza maravillosa.

Delicia artificial

One

Bodegón emocional

Arcoiris de Sangre