La CompañÃa Oblicua se formó en agosto de 2004, a instancias de una convocatoria hecha por su director, Marcelo Delgado, a un grupo de músicos jóvenes y con amplia trayectoria en el campo de la música contemporánea.
El propósito principal del grupo es la difusión del repertorio contemporáneo, con un especial acento en la producción actual de compositores argentinos y latinoamericanos, sin dejar de lado las grandes obras del repertorio universal.
Desde el comienzo, su actividad despertó el entusiasmo y apoyo de los músicos locales, que ven en el grupo una instancia de gran valor artÃstico y un vehÃculo apto para la difusión de sus obras.
La conformación del grupo, que cuenta en sus filas con la mayorÃa de los instrumentos de la orquesta, le permite abordar repertorios para pequeño y gran ensamble. A su vez, la búsqueda creativa de sus integrantes ha llevado al grupo a desarrollar, de a poco, una estética propia, tanto en la conformación de los programas de concierto como en el enfoque de la interpretación. Todos los músicos del ensamble desarrollan, paralelamente, actividades en otros campos y organismos musicales.
Es intención del grupo crear un ámbito para que tanto los intérpretes (estables e invitados) como los compositores desarrollen al máximo sus capacidades creativas.
Han sido ganadores del premio 80 Mundos y grabaron un CD durante 2007 (próximo a aparecer) y participarán en el Festival de Música Contemporánea de Buenos Aires (TGSM).CRITICA DE NUESTRO PRIMER CD (ADN CULTURA)
por Pablo Gianera
De la Redacción de LA NACIONEl año pasado se publicó un libro inesperado y necesario: Nuevas poéticas en la música contemporánea argentina. Escritos de compositores , compilado por Pablo Fessel. El plural del tÃtulo no era azaroso; le hacÃa justicia a la naturaleza sincrética de esos discursos musicales que no se resignaban ni a la ingenuidad ni a la retórica. El disco Latitud Sur , de CompañÃa Oblicua, podrÃa ser una ilustración sonora, parcial pero certera, de ese volumen: las obras de Pablo OrtÃz, Mariano Etkin, Facundo Ordoñez, Marcelo Delgado, Jorge Horst y Santiago Santero tienen pocos puntos en común, salvo la inmanencia de su latitud, que no se limita a una coincidencia geográfica. El CD fue editado por Bau Records, el sello que hace poco publicó Piano Ex Machina , con obras de Juan PampÃn, Mario Davidovsky y Nicolás Varchausky interpretadas por Susana Kasakoff, registro al que se sumaron en estos últimos meses Obras de cámara , de Gerardo Gandini y Constelaciones , del TrÃo Luminar, con piezas de Julio Viera y Francisco Kröpfl.Entre la sÃntesis y la historia, las dos primeras obras de Latitud Sur - Una barbarie módica , de OrtÃz, y Caminos de cornisa , de Etkin- no podrÃan ser por ejemplo más distintas. OrtÃz, radicado en Estados Unidos, parte de la memoria del Allegro Barbaro y presenta una especie de tango furioso leÃdo desde Bartók. Caminos de cornisa es, por su lado, una de las obras más apasionantes del CD (hay grabación anterior por el Ensemble SurPlus). Aunque nada de programático hay aquÃ, es difÃcil no escuchar en ciertas apariciones del clarinete la bocina de un camión fantasmal que recorre solitario -como la flauta que cierra la pieza- un risco del Noroeste. "Caminos de cornisa" acaso sea una manera de aludir a la experiencia del abismo, la desolación del desasimiento. Etkin es un virtuoso de lo mÃnimo, lo que en modo alguno implica que sea un minimalista. En manos e inteligencias como las CompañÃa Oblicua, dirigida por Delgado, cada una de estas obras, complementarias y contrastantes, depara una pequeña enciclopedia de procedimientos y una instantánea del estado de las cosas en la música argentina.
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