About Me
Juan Antonio Canta, alias de Juan Antonio Castillo, cantautor, murió el domingo en Córdoba, a los 30 años. Según la PolicÃa, su cuerpo presentaba indicios de suicidio por ahorcamiento. Andaba últimamente con tratamiento psicológico por depresiones. Quizá interese más saber que Juan Antonio Canta, cordobés de nacimiento, ha sido el más grande de nuestros cantautores por descubrir. Iba por libre. No pertenecÃa a capilla alguna de cantautores, ni su nombre se asociaba con la promoción JASP del género. Atrás, de 1987 a 1992, quedaba constancia de su trabajo en el grupo de rock Pabellón Psiquiátrico. Cumplidos los 30 años, hacÃa cuatro que intentaba abrirse camino musical en solitario, como showman, hombre-orquesta y juglar de café-concierto. Los que le oyeron por primera vez, en el Café Libertad 8 de Madrid, eran los mismos cuatro que meses después, en el Café del Foro, le escuchaban, apreciando en él a un auténtico cantautor iconoclasta, a un músico y compositor de expresión autosuficiente, capaz de divertir, sorprender y aportar aires heterodoxos a un género renacido de la crisis económica en la industria discográfica. Lo suyo era el derroche de imaginación y la ruptura de esquemas escénicos, la audacia melódica, la performance, la improvisación en estado casi puro y los reflejos poéticos. La parodia, el humor inteligente, la más tierna mordacidad. Alguien con su talento y su capacidad para no tomarse nada en serio, ni siquiera a sà mismo, en absoluto parecÃa proclive a la frustración, caso de no encontrarse con la sonrisa del éxito entre su audiencia... Pero la popularidad tuvo que llegarle de pronto, con paso equivocado y desmedido, convirtiendo en éxito del verano pasado su canción más dadaÃsta, ésa con la que sólo pretendÃa reÃrse entre amigos: la de los 40 limones. ¿Era posible que Juan Antonio se prestara a cantarla, en el programa de Pepe Navarro, para una audiencia chabacana que no entiende de ironÃas? ¿Era posible que lo hiciera, entre go-gos, sin un mal guiño al telespectador? Pues sÃ, fue posible. Y, a partir de ese momento, el gran público le relacionó inevitablemente con ella, sin solución de continuidad... Su primer álbum en solitario, Las increÃbles aventuras de Juan Antonio Canta, se presentó hace un año en el Teatro Alfil de Madrid, del modo más artesanal y con canciones tan magistrales como Pasa la gorra, Cama roja y La jaula de los monos. Acabada su gira estival y con la perspectiva de hacer las Américas en marzo, todo a cuenta de la Danza de los 40 limones, se enfrentaba ahora al gran reto de su carrera. TenÃa que decidir si desandar o no el camino de ese éxito que confunde velocidad y tocino, para tratar de mostrar, con un segundo álbum y otra vez desde cero, su verdadera razón de ser como compositor...Nadie habÃa explicado que su canción surrealista y original respondÃa a la necesidad de elaborar artÃsticamente la confusión, más allá de limoneros y de conceptos machadianos de la vida. (Por MAURILIO DE MIGUEL. Necrológica aparecida en el diario EL MUNDO, 24 de diciembre de 1996.)