A todos los pecadores del mundo para llevarlos a la verdad. Nadie viene al padre sino es por Jesucristo. El es el camino, la verdad y la vida. No importa cuan profundo estes en pecado, Jesus derramo su preciosa sangre en la cruz del calvario y eres libre de todo pecado si lo aceptas como tu unico Dios y salvador personal.
La doctrina cristiana con respecto al pecado original se fijó en el concilio de Cartago, y se precisó posteriormente en Orange y Trento. Los detalles de su forma actual probablemente procedan de la influencia de la doctrina maniquea en los escritos de san AgustÃn de Hipona, a través del cual la noción de una corrupción fundamental de la naturaleza humana hizo pie en la Iglesia. Los escasos fragmentos de doctrina sobre el pecado original contenidos en los escritos de los Apóstoles (especialmente Romanos 5:12]) no efectúan mayores precisiones sobre el texto del Génesis.
La teologÃa escolástica distingue entre el pecado original originante (peccatum originale originans), el acto concreto de desobediencia cometido por Adán y Eva, y el pecado original originado (peccatum originale originatum), las consecuencias que el mismo provocarÃa sobre la constitución de la especie humana. En virtud del peccatum originale originatum, no sólo se perderÃan los dones preternaturales de la inmortalidad y la exención del sufrimiento, sino que las capacidades del espÃritu humano —tanto las morales como las intelectuales— carecerÃan de su vigor natural, sometiendo la voluntad a las pasiones y el intelecto al error. De acuerdo a la doctrina fijada en el concilio de Trento, la condición de "naturaleza caÃda" (natura lapsa) se transmite a cada uno de los nacidos tras la expulsión del Edén.
En los concilios se estableció el pecado original como la razón del bautismo católico, ya que éste liberarÃa al bautizado de las culpas del género humano, de acuerdo con una interpretación lata de 1Corintios 15:21 que contrapone el pecado de Adán con la pasión de Jesús. La iglesia Católica y otras que practican el culto mariano excluyen, sin embargo, de las consecuencias del pecado original a la Virgen MarÃa, en virtud de una gracia especial de Dios.