Myspace Layouts at Pimp-My-Profile.com / Alien
Starkiller es un viajero alienÃgena interestelar que ha recorrido medio universo en busca del amor verdadero, de la sincera amistad y de la paz interior. Todo empezó hace unos 10.000 años en un remoto lugar del espacio llamado Sirio A, morada de nuestro protagonista. Aburrido de la monotonÃa de una sociedad utópica y perfecta, tomó la temeraria decisión de aventurarse en una odisea espacial en busca de nuevos horizontes que explorar, para beneplácito de una personalidad inquieta y emprendedora. Tras años luz de vivencias y aventuras, vagando por misteriosos planetas, agujeros negros, supernovas, y galaxias, Starkiller llegó a un pequeño planeta que no aparecÃa en los mapas cartográficos del computador central de la nave: Lady Blue. Nada más aterrizar, la primera forma de vida inteligente que tomó contacto con el astronauta, fue la cucaracha. A partir de este crucial momento, Starkiller tomó la altruista decisión de transmitir todos sus vastos conocimientos en ciencia y arte a esos primitivos seres. Tras vanos intentos, se sintió defraudado por la apatÃa y ostracismo de estos diminutos aprendices que despreciaban tan magnas enseñanzas, desistió del empeño pedagógico. Pero se dio cuenta de que otros seres más agraciados intelectualmente moraban en este joven planeta. Conoció de una manera fortuita al denominado homo sapiens, en forma de hermosa mujer, de proporciones perfectas y sonrisa cautivadora. Starkiller se enamoró perdidamente de este ser, y como buen amante del canon de belleza decidió compartir su vida con esta maravilla artÃstica y estética viviente; por ello decidió abandonar su apariencia alienÃgena por una humana convencional, cosa factible para tan privilegiado ser avanzado. La música, algo trivial en Sirio A, era totalmente desconocida en esta época para los humanos primitivos. Starkiller, por medio de conciertos épicos, intentaba inculcar valores musicales y artÃsticos a este público humano. Por medio de una lira espacial ejecutaba piezas musicales de una perfección, talento y armonÃa inigualables que transmitÃa por medio de notas y acordes las más profundas sensaciones de éxtasis y estado onÃrico. Starkiller creÃa ser feliz. HabÃa encontrado el amor verdadero y podÃa transmitir sus conocimientos a un público entregado. Pero, no todo iba a ser un camino de rosas en la epopeya de nuestro héroe extraterrestre, porque en este planeta no todo era perfecto como en la patria natal de Starkiller. En medio de un concierto de lira, con un numeroso público entregado, entre ellos la feliz y dichosa novia del intérprete, un miserable y mezquino ser que ya habÃamos olvidado llamado cucaracha, le propinó un mordisco en el talón a nuestra bella mujer, inoculándole un fatÃdico veneno que provocó una muerte rápida a esta pequeña belleza de la natura. Todo ello era debido a la cruel venganza de estos repugnantes seres envidiosos de la no atención del viajero estelar ante su raza, citado con anterioridad. Una cuerda de la lira se rompió. El público se estremeció. Starkiller no daba crédito a sus ojos. Lo que más querÃa dejó de existir, algo incomprensible para alguien que no conocÃa el dolor, el mal y la muerte. Cegado por la desesperación y la ira, tomó la temeraria decisión de adentrarse en el mismo corazón del reino de la oscuridad para pactar con el mismÃsimo Señor de la Muerte la devolución de la vida de su amada, pese a pagar por ello un alto precio. El resto de la historia ya la conocen… pero hemos de destacar el memorable concierto representado por Starkiller en tal tenebroso escenario y rodeado de tan peculiar público. Por ello, este pionero músico fue el inventor de los denominados en el futuro conciertos de rock. Pero desde ese instante, Starkiller, cautivado por la melancolÃa tomó la triste decisión de vagar por el mundo transmitiendo sus conocimientos a todo aquel que quisiera aprender y demostrara una sincera amistad. Vio nacer y morir ciudades e imperios: Atlántida, Lemuria, Troya, Babilonia, Egipto y Roma; ciudad por la que nuestro personaje sintió un profundo afecto, haciéndola su morada durante siglos. Homero, Fidias, Platón, Cayo Julio César y Virgilio fueron conocidos de nuestro cansado y triste viajero. Pasaron los siglos, el arte, la ciencia y la humanidad avanzaban, y llegaban nuevos amigos: Rafael, Leonardo, Quevedo, Newton, Mozart… pero fue en realidad cuando llegó el S.XX, gracias a nuevos avances tecnológicos, Starkiller volvió a recuperar la esperanza. Gracias a inventos como el cinematógrafo o al desarrollo de la industria musical, miles de piezas artÃsticas y culturales (algo comparable al invento de la imprenta) podÃan ser compartidos por millones de personas. Pero, recordemos que en este planeta, no todo es bucólico y maravilloso, y por ello algunos bellacos osan con contaminar los cerebros humanos con decibelios estridentes y venenos audiovisuales ponzoñosos. Por ello Starkiller tomó la decisión de criticar ferozmente aquellas malvadas –creaciones pseudoartÃsticas- indignas del Parnaso y grave insulto a las musas del mismÃsimo Zeus. Y hoy, S.XXI, gracias a internet Starkiller cumplirá su cometido de una manera más eficiente. Pero, quizás algún dÃa, Starkiller se reencontrará con su amor verdadero perdido hace siglos y todo volverá a ser perfecto…