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"Nacido muy cerca de Calatayud, en 1601, las noticias sobre su infancia son muy escasas. Todo indica que estudió letras desde los diez o doce años en su ciudad natal, quizá en el colegio de jesuitas de esta localidad. Hacia 1617 debió residir uno o dos años en Toledo con su tÃo Antonio Gracián, capellán de San Juan de los Reyes, donde aprenderÃa lógica y profundizarÃa en el latÃn.En 1619 ingresó en el noviciado de la provincia jesuÃtica de Aragón, situado en Tarragona, en el que se le dispensó de los dos años preceptivos de estudio de humanidades debido a su excelente formación anterior. En 1621 volvió a Calatayud, donde cursó dos años de FilosofÃa. De esta etapa data su aprecio por la ética, que influyó en toda su producción literaria. Otros cuatro cursos de TeologÃa en la Universidad de Zaragoza completaron su formación religiosa.Ordenado sacerdote en 1627, comenzó a impartir Humanidades en el Colegio de Calatayud. Parece ser que fue un periodo grato, pero pocos años más tarde tuvo graves enfrentamientos con los jesuitas de Valencia, adonde fue trasladado en 1630. De allà pasó a Lérida en 1631 para encargarse de las clases de TeologÃa Moral. En 1633 viajó a GandÃa para enseñar FilosofÃa en el colegio jesuita de la villa y se renovaron las enemistades con sus antiguos correligionarios valencianos.En el verano de 1636 volvió a tierras aragonesas, a Huesca, como confesor y predicador. Esta ciudad tuvo una importancia capital en la vida del jesuita, puesto que con el apoyo del erudito mecenas Vincencio Juan de Lastanosa pudo publicar su primer libro: El Héroe (1637).
Retrato de Baltasar GraciánLastanosa reunÃa en su casa-museo un importante cenáculo literario y artÃstico. El palacio del prócer oscense, que fue visitado por Felipe IV, era conocido por sus exquisitos jardines, por una estupenda armerÃa, por la colección de medallas y por una magnÃfica biblioteca de cerca de siete mil volúmenes, una cantidad extraordinaria en esa época. En este propicio ambiente Gracián traba contacto con la intelectualidad cultural aragonesa, entre la que se cuenta el poeta Manuel de Salinas o el historiador Juan Francisco Andrés de Uztarroz.En 1639 llegó a Zaragoza, nombrado confesor del virrey de Aragón Francisco MarÃa Carrafa, duque de Nochera, con quien viaja a Madrid, donde predicó. No obstante, su estadÃa en la Corte fue desalentadora, pues, aunque aspiró a medrar entre la república literaria de la capital, sus ambiciones se saldaron con un franco desengaño. Con todo, publicó allà su segunda obra, El PolÃtico (1640) y ultimó la primera versión de su tratado teórico sobre estética literaria barroca, titulado Arte de ingenio, tratado de la agudeza (1642).De 1642 a 1644 ejerció el cargo de vicerrector del Colegio de Tarragona, donde auxilió espiritualmente a los soldados que tomarÃan Lérida en la Sublevación de Cataluña (1640). De resultas de esta campaña, cayó enfermo, y fue enviado a Valencia para reponerse. Al calor de la magnÃfica biblioteca del hospital, preparó una nueva obra, El Discreto (1646), que verá la luz en Huesca. De nuevo en su refugio oscense, impartió clases de TeologÃa Moral hasta 1650. Es en esta época cuando más activamente pudo dedicarse a la literatura. Aparecieron entonces el Oráculo manual y arte de prudencia (1647) y la segunda versión del tratado sobre el ingenio y el concepto Agudeza y arte de ingenio (1648).En el verano de 1650 fue destinado a Zaragoza con el cargo de Maestro de Escritura, y al año siguiente publica la primera parte de su obra cumbre: El Criticón. A excepción de El Comulgatorio, Gracián publicó toda su obra sin el preceptivo permiso de la CompañÃa, lo que provocó protestas formales que fueron elevadas a las instancias rectoras de los jesuitas. Tales quejas no le disuadieron al punto de que apareciera en Huesca la segunda parte de esta obra. Algunos jesuitas valencianos, a consecuencia de viejas enemistades, interpretaron uno de sus pasajes como una ofensa a sus personas, lo que le granjeó nuevos ataques ante los superiores de la CompañÃa que apuntaban al contenido escasamente doctrinal de sus obras, impropias de un jesuita profeso, ya que, ocupándose todas ellas de la FilosofÃa Moral, esta se aborda desde una óptica profana. Quizá para contribuir a su descargo publicó, por primera vez con su auténtico nombre, El Comulgatorio (1655), un libro acerca de la preparación para la EucaristÃa.Pero la aparición en 1657 de la tercera parte de El Criticón determinó su caÃda en desgracia. El nuevo provincial de Aragón, el catalán Jacinto Piquer, recriminó públicamente a Gracián en el refectorio, le impuso como penitencia ayuno a pan y agua —prohibiéndole incluso disponer de tinta, pluma y papel—, y le privó de su cátedra de Escritura del Colegio Jesuita de Zaragoza. A comienzos de 1658 Gracián es enviado a Graus, un pueblo del prepirineo oscense.Al poco tiempo, Gracián escribió al General de la CompañÃa para solicitar el ingreso en otra orden religiosa. Su demanda no fue atendida, pero se le atenuó la pena: en abril de 1658 ya fue enviado a desempeñar varios cargos menores al Colegio de Tarazona. Los últimos contratiempos debieron acelerar su decadencia fÃsica, pues en junio no pudo asistir a la congregación provincial de Calatayud, falleciendo, poco más tarde, en Tarazona, el 6 de diciembre de 1658."