La banda surge por la unión de cuatro personas inquietas, ávidas de ruido, de expresar ideas, sentimientos, de compartir ensayos, conversaciones, además de estar unidos por lazos de amistad y musicales. Cuando Las Sombras Caen, es un colectivo de cuatro individuos con diferentes inquietudes, pero cercanos en el plano musical e ideológico, motivados a llevar adelante un proyecto conjunto, que sea ámbito de expresión, tanto de ideas como emociones, disidencias y odios, asà como también hacer catarsis grupal, intentando, mediante una herramienta lúdica como la música, desprendernos de todo aquello que nos envuelve, nos sofoca y nos apabulla. Sin embargo este desprendimiento, no significa estar aislados del medio donde habitualmente nos movemos, es una manera de tomar distancia, tomar un respiro, reflexionar, inspirarse, observar lo que hay en nuestro alrededor y plantearse que deseamos para nosotros. Nos consideramos utopistas, idealistas, perseguimos un ideal de liberación con letras mayúsculas, consideramos errónea y tendenciosa la presunción de la muerte de las ideologÃas. Rechazamos el fascismo, sexismo, la explotación humana y animal, toda divinidad, secta o religión.
Este grupo de personas, considera a la música una herramienta contracultural, a partir de la cual se pueden generar mensajes positivos en quienes escuchan activamente, originar hambre de búsqueda y conocimientos más allá de la letra de una canción, la rÃtmica o la estética. Nuestro ruido no pretende ser un mecanismo de captación de personas, de reproducción de eslóganes, dogmas, o adoctrinamiento, ni tampoco la fijación de verdades únicas y absolutas.
Cuando Las Sombras Caen, intenta inspirar rabia, odio, y amor por las cosas que se emprenden, realizar pequeñas crÃticas constructivas, expresar libremente emociones, ideas y reflexiones. El único camino para expresarse libremente es la autogestión, creemos totalmente en que el hazlo tu mismo es el camino a seguir.
En fin, Cuando Las Sombras Caen, busca mantener viva la pasión de sus integrantes, e ir generando pequeños focos Ãgneos, capaces de crear un gran incendio. Aún asÃ, somos concientes que nuestra música no es el generador del cambio social, ésta, tan solo es una herramienta, nuestro pequeño grano de arena, una de las tantas maneras de mantener latente las utopÃas, nuestro medio de expresión. Somos concientes que el cambio social no va a ser posible ni por la música, ni por la acción heroica de nadie, el cambio es una sucesión de rupturas, de marchas y contratiempos, alcanzable tan solo si se lo vive, si se lo intenta, aún equivocándose.
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