Soy una persona
tranquila, callada, tÃmida y a veces demasiado seria. Eso es lo primero que se
ve, otra cosa es cuando cojo confianza. Entonces muestro tal y como me siente en
ese momento concreto, a veces soy de lo más feliz y optimista, y veo todo de
color de rosa, pero el 90% de las veces soy pesimista, a veces reconozco que me
paso de pesimista. Pero bueno, la vida no trata bien a nadie, y eso influye en
la conducta y en los pensamientos de cada uno.
También considero que soy cariñosa, me gusta cuidar de la gente a la que
quiero, melancólica (siempre el pasado me gusta más que el presente, y el
futuro me da miedo), soñadora, idealista, creativa siempre que la inspiración
esté conmigo, sé guardar un secreto hasta la tumba si es necesario, y podrÃas
decirse que siempre he sabido ponerme en el sitio de otras personas, lo cual
muchas veces me ha acarreado más de un conflicto, pero considero que es un
punto a favor a la hora de peleas y discusiones (la mayorÃa de ellas al menos). Detesto discutir, las broncas, los gritos, los portazos y los malos rollos entre personas que me importan.
No soy nada impulsiva, le doy muchas vueltas a la cabeza, pero en ocasiones la
intuición tira fuerte y sigo el impulso sin más.
En cuanto a defectos, pues como todo, a puñados. Además de que es cierto eso de que las virtudes son defectos al mismo tiempo, soy una persona muy influenciable, no me doy cuenta de ello hasta que tengo un conflicto de intereses en la cabeza. A veces me paso de egoÃsta, con la familia sobre todo, y cuando tengo la razón quiero imponerla ante todo. Me rindo fácilmente ante un conflicto, y me hundo con nada que me digan ofensivo. Me ahogo en un vaso de agua, tiendo a dramatizar todos mis problemas, y me monto pelÃculas mentales cuando se trata de gente que acabo de conocer, que les caigo mal es lo que la mayorÃa de veces pienso. Y cuando estoy pesimista, me encierro en mi misma, permanezco seria, no hablo, no digo nada aunque por dentro me este muriendo.
Pero vamos, todo depende de cómo me haya levantado ese dÃa, con qué persona esté tratando, en qué momento y en qué circunstancias, mi humor cambia según lo que me rodee, no lo puedo evitar.
Si lo aceptas, bien. Si no, bueno, cada cual es como es.