Probablemente lo peor que le puede pasar a una persona es el hecho de darse cuenta de que todos sus esfuerzos, todas sus creencias, sueños, esperanzas y, en general, todo aquello que le dio una razón para levantarse, es una causa perdida. Que él, o los esfuerzos realizados, no estuvieron a la altura de la empresa acometida, o bien, ésta siempre fue una ilusión irrealizable.Entonces la vida se pasa como un interminable pasillo dispensario, en el cual distraemos el ansia con sucedáneos fútiles y pasajeros, y cada acción lleva intrÃnseca la duda que de a poco corroe y envenena el espÃritu. Flotamos en el limbo sumidos con desasosiego en la rutina. Tocamos fondo y toda la parafernalia que nos rodea se disuelve como un espejismo e, inexorablemente, volvemos a quedar solos.Sin embargo, siempre podemos encontrar algo de humor y sátira revitalizadora en el transcurso de la existencia. Nos ponemos de pie y volvemos a gozar de cierta libertad, justo cuando lo hemos perdido todo. Y entonces sucede que comenzamos a tomarnos los obstáculos con frialdad y razón, algo de socarronerÃa y burla, y lo insano e inesperado de la locura que nos impulsa a levantarnos.Todo lo anterior es preámbulo al anuncio publicado hace algunas semanas: ¡Leston Gun! Ya no está en la casa. CaÃmos en un pozo sin fondo del que saldremos, no con poco esfuerzo. Hemos decidido tomar un merecido descanso por un periodo de tiempo prolongado, no obstante, el tiempo no pasará en balde, y el regreso será más que grato y el crecimiento prolijo. Sin más, nos despedimos. Con la certeza de que lo mejor está por venir. Hasta entonces
Post a Freaking Comment