5 años de teatro callejero. 5 años de mendigaje y obsesión. Un tiempo de formación, un perÃodo de militancia. La ..Patriótico.. se hizo, se hace y se rehace en la calle. La calle nos enseñó que habÃa que desaprender todo y empezar a escucharla a ella. Le creÃmos. Nos reinventó; se convirtió en escuela y jefa.
Pero la calle también se cambia de cara, y es a veces, escuela, gimnasio, camino de tierra, mirador al mar. Y es también (asà lo quisimos) podio de lucha, tribuna para lamentar, denunciar, mirar de frente al espectador y comulgar su necesidad, la nuestra, de vivir otra vida. Y la calle nos dio un rostro. Nos llenó de artefactos, de máscaras, de muñecos, de estructuras de madera, de estructuras metálicas, nos llenó de tonteritas, de cascabeles, de ritmos, de instrumentos, de amor a lo innecesario, de apego al detalle y su belleza.
..La Patriótico Interesante.. ha hecho de la carencia su poética. Del humor y el payaseo una forma de ser. Nos reÃmos de nosotros antes que nada. Nos burlamos de nuestra educación, de nuestras ropas, de nuestros deseos. Nos reÃmos de lo serio, porque en ese gesto encontramos su profundidad, en ese gesto desprendemos lo inútil.
Queremos tanto al público que lo tratamos con cariño, queremos hacerlo cómplice, queremos que nos quiera por que lo queremos. Recogemos de nuestra cultura popular las claves para llegar a él. Queremos ser cultura popular, en ella existimos, en ella nos rescribimos. Somos carnaval, somos fiesta por que amamos lo que hacemos. Nos exhibimos en tanto sujetos como artistas. No queremos los biombos, no concebimos el afuera, en la calle todo es escena, todo es espacio para la imaginación, para la estimulación de la risa, de la rabia.
Nos ponemos máscaras para que caigan las caretas. Negamos el rostro para que hable el cuerpo. Negamos el cuerpo para que hablen los objetos. Nos negamos a nosotros para que nazca el teatro.. Y después de tanto negar, pedimos plata para poder continuar.
¡La ..Patriótico.. grita que existe! ¡Que está trabajando!¡Que a la dificultad la conoce demasiado!¡Qué se formó en el trabajo, y que desde ahà se defiende!