A la vuelta de la esquina un ángel invisible espera; una vaga niebla, un espectro desvaÃdo te dirá algunas palabras del pasado. Como agua de acequia, el tiempo cava en ti su arduo trabajo de dÃas y semanas, de años sin nombre ni recuerdo. A la vuelta de la esquina te seguirá esperando vanamente ese que no fuiste, ese que murió de tanto ser tú mismo lo que eres. Ni la más leve sospecha, ni la más leve sombra te indica lo que pudo haber sido ese encuentro. Y, sin embargo, allà estaba la clave de tu breve dicha sobre la tierra y nunca te diste cuenta./a