About Me
Nacà un 29 de noviembre de 1973, en el hospital 20 de noviembre, en la colonia del valle, ciudad de México. Mis padres son Florencia Meraz Acosta y Adrián Villagómez Velázquez, ambos profesores normalistas.
Básicamente de ellos heredé el gusto por la música, aunque ellos no tocan ningún instrumento, ni cantan; siempre tuvieron la genialidad de mantener viva la casa con notas y acordes que salÃan de las bocinillas de una consola stromberg-carlson y llegaba entonces la hora de emprender los viajes auditivos e imaginarios, por diferentes lugares del mundo, a través de la música, por supuesto.
En aquel entonces se respiraba un aire de cambios, de golpes de estado, de innovaciones culturales, pues no hacÃa mucho, al menos en México, estaba reciente lo de 68 y 71, infamias históricas que detonaron en las artes, magnÃficas propuestas, en los años 70.
A través de intercambios y de malabares económicos por parte de mis padres, tuvimos acceso a la música de otr@s artistas, que cobardemente en sus paÃses, habÃan sido encarcelad@s, incluso asesinad@s por el único delito de cantar, escribir y denunciar las injusticias en nuestra América. Latina.
Siendo tan niño, tardé en entender que un acto tan verdadero y puro como es el cantar, tuviera tales consecuencias fatales y a su vez, fuera maravillosamente, generador de conciencias colectivas.
De ahà entendà la importancia de no “cantar por cantar†(como dijera VÃctor Jara) si no porque este canto y la guitarra “tienen sentido y razónâ€, consigna que se me ha quedado tatuada desde entonces y que humildemente he tratado de seguir hasta ahora.
Mi primer acercamiento “fÃsico†con la música, fue a través de una quena, curiosamente hecha de cobre, por el padre de unos hermanos de infancia, con los que aprendà a sacarle sonido e intentar imitar las frases musicales que emanaban del gran Facio Santillán y de varias agrupaciones andinas de aquel entonces, como los ya mÃticos Inti-illimani, Quilapayún, Calchakis, entre otros.
Muy a mi particular punto de vista, el sonido de la quena, es el alma libre que vuela sobre un mar repleto de injusticias mundanas.
A la par, en este aprendizaje musical, tenÃa también la gran influencia del rock, esa fuerza sonora y enérgica, eran alimento constante, manes de grupos como: Vanilla Fudge, Free, Doors, Beatles, Led Zepellin, The who, Jethro Tull, entre otros; fueron fundamentales y gestores en mi necesidad de comunicar cantando todo lo que sentÃa.
Ya estando en la “secu†obtuve mi primera guitarra, regalo de mi padre. Recuerdo que aprendÃa canciones con gran avidez de ejecutarlas, como si el mundo se fuera a terminar, canciones desde rancheras, boleros, bambucos, zambas, hasta del TRI, jejeje, en fin, era un tiempo de adolescencias deliciosas.
Luego vino el tiempo de aprender la música de grandes personajes de mi infancia, como son Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti, Jorge Cafrune, Los Chalchaleros, Violeta Parra, Silvio RodrÃguez, Pablo Milanés, Joan Manuel Serrat, etc. Como expresé anteriormente, fueron importantes en mi vida, pero ahora ya tenÃa yo una guitarra empuñada y un compromiso enorme a cuestas: INTERPRETAR, con toda la responsabilidad que este concepto implica.
Formé parte de varias agrupaciones, en los cuales aprendà variadas formas de expresión y colores musicales, he incursionado en el rock, la música latinoamericana, el blues, el nuevo canto y la canción rupestre.
Estas agrupaciones fueron: AntÃtesis, El salitre, Los insectos, Chaski, Ollinca, Dueto Alebrije, Grupo Magno y Huayrapamushka.
Y aquà seguimos, dándole duro a la maracachimba, cantando las historias, entrañablemente compartidas con ustedes.
Un abrazo
Adrián Villagómez.