Los Romanceros Criollos

Con el perdón de la Iglesia católica, apostólica y romana, existe un trío que pasará a la posteridad por cantar a una hereje. No es una apóstata cualquiera, sino la “China hereje”. Nadie recuerda que el vals fue primero tango, pero Los Romanceros Criollos se encargaron de inmortalizarlo en 1954, y la grabación aún sigue vigente. El trío, que fue catalogado por un periodista como “decano de los tríos nacionales y, a lo mejor... del mundo”, debutó la tarde del 24 de noviembre de 1953 tocando en directo en Radio El Sol.
Por ese entonces –hace memoria el maestro Lucas Borja–, el cantante Julio Álvarez lo buscaba en su casa en el Rímac y junto al primer guitarrista y tercera voz, Guillermo Chipana, fundaron el grupo en la calle bajopontina Tigre. (El grupo se formó originalmente sin nombre con Adrián Reyes, Augusto Leyva, Borja y Álvarez; pero los dos primeros desertaron antes del debut). Borja estudiaba ciencias económicas en la universidad de San Marcos y sus dos compañeros eran obreros.
Álvarez, Borja, Chipana, como el abecé del criollismo, vivieron la Época de Oro de la Canción Criolla, en la década de 1950, presentándose en las radios de la época –El Sol, San Cristóbal, La Crónica y Victoria–, compitiendo con gente no menos talentosa. Cuenta la leyenda que en sus inicios, el trío siempre estaba acompañado de Augusto Polo Campos, quien también despegaba como compositor. En 1956, Los Romanceros también estuvieron junto a la cantante argentina Elder Barber.
El estilo
Desde su primer elepé, de 1954, Los Romanceros Criollos se han caracterizado por incorporar siempre la tercera voz en sus armonías vocales, junto a los bordoneos de don Lucas Borja, el inigualable toque pícaro de Chipana y la voz brillante de Julio Álvarez. Su marca registrada fueron las recopilaciones que hacían de la Guardia Vieja, gracias a esa manía de Borja por apuntar todo: polcas, valses, marineras, que escuchó desde niño.
En su apogeo, el trío se lució sin repetir repertorio, sino con canciones distintas para cada presentación, un camino difícil, pero con mayores recompensas a escala musical. Para ellos, un ingrediente indispensable es definirse como taurinos, siguiendo los pasos que dejaron los criollos de antaño, como Alejandro Ayarza, “Karamanduka”.
Actualidad
Los Romanceros iban a postularse al Libro de los Récords Guinness como el conjunto más lóngevo en vigencia del mundo con los mismo integrantes, pero 23 meses antes de cumplir medio siglo, el 25 de diciembre de 2002 falleció Chipana. Hoy acompaña a Borja y Álvarez, Lucar Borja Jr. Como los escuchó “desde el vientre de su madre”, ha heredado de Chipana ese sabor que se aprende sólo viviendo y bebiendo de la bohemia. El trío se mantiene, aunque el ritmo de sus presentaciones ha bajado.
No van a lanzar un disco con temas nuevos, sino que están hallando canciones de su repertorio, gracias a la señora Luisa Ramos. Piezas que han sido olvidadas también por los propios músicos, quienes se sorprenden volviendo a ensayarlas. Como la polca “Río Pallanga”, sobre el caballo más veloz que corrió en Lima en la década de 1950, donde paraba la canción y hacía guapeos el por entonces locutor hípico Augusto Ferrando. Y pensar que todo empezó por una “china hereje”.
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