Eureka presenta el primer disco póstumo de un artista novel.
Hablar de MIGUEL BOCAMUERTA, es como hablar de Burroughs, Keats, de
la pureza y, sobre todo, del romanticismo.
Entre principitos anda el juego... y que se recuerde, no ha habido
otras letras como las de Miguel desde que Ray Heredia nos cantara
aquello de “súmala, súmala bien, que si la sumas mal, los tiempos
cambiaránâ€.
Alarrota, como él se hacÃa llamar, huyó del mundo de las provincias,
probó Madrid, probó no sé qué, probó no sé cuánto y, finalmente,
terminó estudiando música en Barcelona. Y fue ahà donde su
contrabajo se convirtió en su sombra para siempre. Barcelona fue su
última parada, pero siempre su amor estuvo más cerca del sol que de
otra cosa, más al sur, en Córdoba... donde las Carmelas te dan la
vida y te dan los buenos dÃas con flores.
Amante de los ambientes borrachos, de las casas de comidas donde
almuerza Krahe y de las ballenas con historias contadas, y desde
ahora cantadas por él (“Moby Dickâ€), es en los rincones oscuros
(donde siempre pasan cosas, decÃa él) y en los fantasmas con los que
sueña Tom Waits, donde Miguel se desenvolvÃa como pez en el agua.
Olores a sucio, a desgaste, a horror. Al horror y siempre al amor,
al amor como quien deshoja una margarita y sabe que con la última
hoja se acaba su vida.
“TÚ EN MARTE Y YO EN PLUTÓN†se grabó en la navidad de 2004 a 2005
en plena guerra mundial. Fue en Córdoba, en los Estudios Eureka. La
producción es de su amigo del alma Fernando Flow, que tras llorar
y reÃr con las letras de Miguel se decidió a terminar y regalar al
mundo un legado que no está lejos ni de la Velvet, Nick Cave, David
Lynch, ni tampoco del ahora nuevo héroe indie, Bob Dylan (atención
a “Como un perroâ€).
Hay muchos mundos, eso es verdad, pero ninguno tan cercano al de aquel loco en donde sólo habÃa
una flor (“Buscando floresâ€), un sol... un avión dormido y estrellas, muchas estrellas... sólo que
además Miguel lo decora en una noche de feria con una noria y en tan sólo (ojo!), tan sólo diez
minutos, nos relata una aventura sexual abortada en lo más alta de la atracción, pero con su gracia
y su poesÃa; la historia quedó escrita en “La noriaâ€.
Hay poco más que decir cuando tenemos unas letras tan grandes y tan de verdad. Puro desnudo, en el
que John Lurie es americano aliado de un desconocido Win Wenders para rescatar a ángeles perdidos
con caras pintadas de putas en prostÃbulos de tonos rojizos en “Llamadas sin respuestaâ€... ironÃa
y sarcasmo acerca del mundo de las drogas (“un gramo de ilusión y un cuarto de esperanza / no dan
para un festÃn, asà que habrá matanzaâ€) y otra vez, y citando a Cioran, la angustia y el amor como
la fuerza que todo es capaz de mover en
“Por enésima vez†(“con un pie en las
cimas de la desesperación / y otro en
algún rincón, cerca de tu corazónâ€).
Ni comentar su lectura de la guerra en
“Viva yanquiâ€.
...Al final, los globos de colores que
salen en la portada, pudieron más que
la suela de los zapatos del principito
y ya la tierra queda lejos. La tierra
en la que todavÃa reina un imperio,
esta vez, el yankee.
Va por tÃ, Miguel.