Ulil Antúnez

Habrá que poner en este comienzo una taza anaranjada con buen café y la promesa en negritas de que mis oídos (y mis ojos) estarán siempre atentos por si algo le urge contar a tu boca o a tus manos antes de seguir hablando de mí.
Mi nombre es Ulil pero si agregas una ‘o’ al final de esas cinco letras y me llamas de esta manera sonreiré satisfecho. Me gustan las palabras con ele (l), el olor que se guarda en las páginas de los libros y la llovizna. Amo la música; con mayúsculas amo la música. Sobretodo esa que está hecha a mano y que no tiene como principal objetivo venderse al por mayor o lucrar llanamente. Mi mes favorito es Abril y he concluido últimamente en que mientras tenga una guitarra entre las manos cultivar la propia paz interior me resulta más fácil. Comencé a tocar a los diecisiete y si de pronto no me invade un ataque de amnesia, fue a los diecinueve cuando experimenté por primera vez esa sensación magnifica (parecidísima a la felicidad) que llega después de terminar de inventar una canción. Pasar el resto de mi vida haciendo canciones es mi quimera. Y te aseguro que lo digo plenamente conciente de lo mucho que tengo que esforzarme para lograrlo; siempre queda un mundo de cosas por aprender. Actualmente trato de concentrar la atención necesaria para poder terminar la carrera de Ingeniería en sistemas computacionales, que sin duda en la posteridad será una potentísima herramienta.
Lamentablemente no tengo una trayectoria larga para poder presumirte aquí (jaja) pero bueno, gracias a la oportunidad que me han dado maravillosas personas (hágase referencia, a manera de agradecimiento público, sobretodo a Chacho Siller) he logrado arañar lo que en el pasado fueron solo sueños en noches con y sin insomnio. La Casa de cultura de Cancún en el estado de Quintana Roo, el centro Cultural Calmecac en Iguala Guerrero, el teatro Daniel Ayala Pérez, la Cineteca del teatro Mérida, el auditorio Zavala del centro cultural Olimpo, el teatro universitario Felipe Carrillo Puerto y algunas peñas y cafés en las ciudades de Mérida e Iguala son algunos sitios en los que he tenido la bendición, el regalo magnífico de tocar y echar gritos. Sobretodo de reír, porque cómo se la pasa uno bien si la música florece…
Salud!.
En seguida un video de la canción Té de ti.
"Té de ti" - Ulil Antunez:
Y unas fotografías. (Gracias Ale).